"Mal el que no estaba y mal los que estando, tampoco se dieron cuenta de lo que se nos venía encima"
José Luis Pérez, director de 'TRECE Al Día', se pregunta qué cantidad recibirá cada afectado por la DANA, con los 1.500 millones de euros en ayudas directas prometidas por Sánchez
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Mientras las administraciones, la central y la autonómica se pelean por intentar demostrar quién lo hizo peor en las primeras horas de la gestión de la riada, conviene que nos preguntemos qué está pasando con aquellas ayudas inmediatas que les prometieron a las víctimas, al menos para lo más urgente. Porque los damnificados, casi de manera unánime, están repitiendo que esas ayudas, sin papeleos, rápidas, universales, les prometió el presidente del Gobierno, que en realidad esas ayudas no están llegando. Es más, quizá convenga reformular la pregunta y convertirla en algo así como, ¿y cómo les van a llegar?
¿Cómo les van a llegar si el presupuesto que el presidente Sánchez ha dispuesto para esas ayudas directas, para lo más urgente, hasta ahora no pasa de los 1.500 millones de euros? Naturalmente, 1.500 millones de euros es mucho dinero. Pero hagamos una cuenta muy sencilla. En esos municipios, absolutamente devastados por la gota fría, viven aproximadamente 850 mil personas. De una o de otra manera, todas ellas son víctimas de esa riada. Ahí hay quien ha perdido un familiar, quien ha perdido una empresa, quien ha perdido su casa, quien ha perdido sus muebles o quien durante días no ha podido acudir al trabajo. Dividamos los 1.500 millones de euros, que es lo que han puesto hasta ahora desde el Estado, entre los más de 850 mil afectados. Es sencillo, nos encontramos con que la generosa ayuda económica del Estado a esos valencianos afectados no pasa de los 1.700 euros por persona. ¿Será que Sánchez también les aplica a ellos sus “si necesitan más recursos que los pida”?
Quizá por eso, porque las ayudas no llegan, no están llegando, tienen más interés en mantener viva la batalla institucional, que es cierto, nos permite recordar un día sí y otro también, que todos llegaron demasiado tarde. La pregunta más repetida en las últimas horas desde la izquierda es ¿dónde estaba el presidente autonómico Mazón, la tarde en la que se desencadenó la tragedia? Y escuchándoles en estas últimas horas da la sensación de que su principal preocupación es ver la cuenta del restaurante en el que comió aquel día el presidente autonómico. Conocido el resultado es evidente que Mazón no debió mantener aquella comida y que tardó en valorar la magnitud de la tragedia. Pero es que en realidad todos los implicados en la gestión de aquellas primeras horas valoraron mal lo que estaba ocurriendo. Tan mal como que al día siguiente, no en la comida del día de autos, al día siguiente, cuando los muertos ya se contaban por decenas, el gobierno, el central y sus socios mantuvieron todavía un pleno en el congreso para votar a toda prisa el control de RTVE. Y hasta una de sus diputadas dijo aquello de que “los diputados no estaban para achicar agua”. Al día siguiente.
Mazón no estaba en las primeras horas de la reunión de emergencias aquella tarde y debía estar. Pero es que tampoco ninguno de los que sí estaba allí, el presidente de la confederación del Júcar, desaparecido, o la delegada del gobierno, ninguno dio un golpe encima de la mesa para obligar a que se tomaran medidas más contundentes. Mal el que no estaba y también los que estando tampoco se dieron cuenta de lo que se nos venía encima.