El Banco de España confirma el frenazo de la economía
Rebaja las previsiones de crecimiento hasta 2020. La de este año una décima, al 2,6%. Eso se traducirá en menos empleo, más paro y más déficit. Alerta de la “distorsión” que provoca cualquier cambio fiscal.
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“La economía no está yendo claramente a peor”, pero la desaceleración “es algo más rápida de lo previsto antes de verano”. Lo dicen fuentes del Banco de España que se ha sumado a la lista de organismos y expertos que confirman la pérdida de fuelle de nuestra economía. En concreto ha recortado las estimaciones de crecimiento al 2,6% en 2018, el 2,2% en 2019 y el 2% en 2020. Frente a las proyecciones anteriores, del mes de junio, supone una rebaja en una, dos y una décima respectivamente. Son peores de las que maneja el Gobierno. En línea con esta rebaja también empeoran las proyecciones sobre el empleo, la reducción de la tasa de paro o la corrección del déficit publico.
Así, se mantiene la previsión de creación de empleo del 2,4% para el 2018, pero se reduce en dos décimas las de los dos años siguientes, hasta el 1,9% y el 1,7% respectivamente. La tasa de paro se situará previsiblemente en el 11,9% de la población activa al final del 2020, medio punto por encima de lo que se estimaba en junio pasado (11,4%). En cuanto al déficit público, se situará en el 2,8% del PIB este año, apenas tres décimas menos que en el 2017 (el 3,1%) y seis décimas por encima del compromiso asumido por el Gobierno anterior para este año, del 2,2%. Para el 2019 se prevé un déficit del 2,5% del PIB y para el 2020, del 2,2% del PIB (en ambos casos dos décimas por encima de lo estimado en junio).
La “distorsión” de los impuestos
La institución que dirige Pablo Hernández de Cos justifica la rebaja de previsiones en el empeoramiento de la situación exterior, con la escalada de la guerra comercial alentada por EEUU, y el encarecimiento del precio del petróleo. Sin embargo el Banco de España también señala focos de tensión en clave interna. Asegura que “persiste incertidumbre acerca de la orientación futura de las políticas económicas en un contexto de elevada fragmentación parlamentaria”. Es decir admite que el cambio de Gobierno y su minoría parlamentaria no ayudan. Reprocha el escaso avance a la hora de reducir la deuda pública, un elemento relevante de vulnerabilidad. El informe insiste además en que “es necesario retomar una agenda de reformas estructurales que impulse el potencial de crecimiento de la actividad y el empleo de la economía española”. Sobre Cataluña mantiene que representa un riesgo adicional para el avance del PIB, especialmente en esa comunidad autónoma.
Desde el Banco de España no entran a valorar la subida de impuestos que prepara el Gobierno o las peticiones de Podemos. Sí recuerda que todo cambio fiscal es un elemento “distorsionador” y que se tiene que analizar con cuidado las consecuencias que conlleva cualquier decisión.
Reformas
El Banco de España ha vuelto a sacar la lista de reformas pendientes como la de la educación, las pensiones, mejorar las políticas activas de empleo, acabar con la dualidad del mercado de trabajo o aumentar el tamaño de las empresas.
El organismo, por cierto, ha vuelto a pedir prudencia a la hora de endeudarse, no espera “grandes alegrías salariales” aunque se muestra convencida de que la tasa de ahorro aumentará. Tampoco es difícil porque ahora está en mínimos históricos.