España ya tiene infraestructura suficiente para alcanzar el 100% de producción de energía renovable
Enero nos ha dejado un claro ejemplo del efecto de las energías renovables en la factura de la luz, la más baja de los dos últimos años
Madrid - Publicado el - Actualizado
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España tiene músculo cuando se habla de energía renovable. Para el sector fotovoltaico, 2022 ha sido un gran año después de que previsiones nacionales de la organización solar europea SolarPower Europe son aún más optimistas: según su informe anual publicado en diciembre, la potencia instalada en España en 2022 es de 7,5 GW, lo que convierte a nuestro país en el segundo de Europa, solo por detrás de Alemania. De esta manera, el país ya está preparado para poder funcionar con el 100% de la producción de energía renovable.
En 2022, según datos de Red Eléctrica (REE), la fotovoltaica ha aumentado en casi 4 GW su capacidad instalada, hasta alcanzar los 19,5 GW, lo que supone unas 62.406 instalaciones fotovoltaicas registradas por todo el territorio. Además, se estima que el autoconsumo podría haber superado los 2 GW, por lo que 2022 ha sido un año de récords en instalación solar. Es tal la capacidad que se están parando parques eólicos porque se está produciendo más generación eléctrica que demanda.
En este nuevo mapa, que se está formando en Europa con respecto a la energía, España está llamada a ocupar un lugar de preferencia, ya que cuenta con un gran potencial y recursos suficientes para poder ser un país referente en la energía renovable. La cantidad de horas de sol de que dispone y su espacio útil para colocar parques fotovoltaicos son elementos decisivos. Tanto es así que los pesos pesados de Wall Street se posicionan en el boyante negocio. El último movimiento ha sido el de Goldman Sachs, que ha anunciado el lanzamiento de Verdalia, una sociedad con la que quiere apostar por el biometano.
Más inversión
Numerosos inversores internacionales han adquirido en los últimos años porcentajes minoritarios significativos de compañías españolas con amplia experiencia en el desarrollo, construcción y operación de activos en todo el mundo, con el objetivo de aportar el capital necesario para poner en operación los proyectos en cartera. En ese sentido, hay un gran cambio en los fondos de infraestructuras y las gestoras de activos tradicionales, que apuestan cada vez más por la inversión en energías renovables.