La gasolina sube un 0,64 % y marca su nivel más alto desde 2015

El precio de la gasolina súper de 95 octanos ha subido un 0,64 % en la última semana y se sitúa en los 1,26 euros por litro. Es el nivel más alto desde agosto de 2015, según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), y supone un nuevo pico en lo que va de año.

El gasóleo de automoción se ha encarecido un 0,78 %, hasta 1,164 euros por litro, y ha marcado su nivel más elevado desde el pasado 22 de enero.

Estos repuntes coinciden con los nuevos acontecimientos que vienen de EE.UU, donde los informes sobre el stock de crudo no anunciaron el crecimiento tan alto que se esperaba. Venezuela, donde la producción se colapsa por el estado del país, y Arabia Saudí, que podría impulsar un mayor corte del grifo en la OPEP, también suponen dos motivos importantes para el repunte del petróleo. 

"Todo esto además se une a una demanda sólida de petróleo y a una economía global en ebullición", explica Norbert Rücker, jefe de estudios de materias primas de Juluis Baer, que también observa causas políticas detrás del alza del barril como el último ataque aliado a Siria, el enfrentamiento creciente entre EE UU e Irán y la incertidumbre sobre el estado de salud del presidente libio. Todos ellos suponen riesgos para "una reducción de oferta" en un mercado que, contrariamente, "pide más oro negro".

En el plazo de un mes la gasolina ha subido un 3,36 %, con una incremento de casi el 2 %, y el gasóleo, que ha experimentado un alza del 1,57%, se sitúa en el 3,1 %. Sin embargo, los precios aún están lejos de los máximos registrados en septiembre de 2012, con un 17,15% en la gasolina y un 19,45 % en el gasóleo.

La gasolina en España

La gasolina es más barata en España que en la media de la UE y la zona euro, donde el precio de venta al público del litro de combustible Euro-Super 95 se sitúa en 1,395 euros y 1,432 euros, respectivamente, mientras que el litro de gasóleo cuesta 1,291 euros en la media de la UE y 1,288 euros en la eurozona.

El menor nivel de precios finales con respecto a los países del entorno se debe a que España, pese a las subidas del IVA, a los mayores impuestos y a los nuevos gravámenes al biodiésel, sigue contando con una menor presión fiscal, en general, que la media comunitaria.