La Bolsa duda, el euro sube con fuerza y empieza a bajar el petróleo

 Los presidentes de Estados Unidos y China tienen la oportunidad desatascar unas conversaciones que llevan en el dique seco desde mediados de mayo

Bolsa de Madrid. Índice Ibex 35

Fernando Mañueco

Publicado el - Actualizado

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Los analistas técnicos sitúan en 9.300 puntos el nivel de resistencia al alza para el índice Ibex 35. Su superación puede llevar al mercado a los arrabales de los 10.000 puntos, previo paso por la meta volante de los 9.700. Pero siempre y cuando comiencen a arreglarse los grandes focos de crispación geopolítica. Hoy el mercado ha llegado a acariciar ese primer nivel a vigilar de los 9.300, pero ahí ha plegado velas. Ha cerrado en 9.192 con una pérdida del 0,38 por ciento. Por abajo, el mercado no “debería” perder los 8.900 puntos para evitar males mayores.

Los inversores de momento están dejando pasar el tiempo a la espera de que se despejen algunas incógnitas. Los bolsistas continúan pendientes del enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China, por si sonase la flauta del sentido común y se produjeran avances en la “cumbre” los países más ricos del mundo, el G-20,  que se va celebrar en Japón el viernes y el sábado.  Los presidentes de Estados Unidos y China tienen la oportunidad desatascar unas conversaciones que llevan en el dique seco desde mediados de mayo. Lo último en este folletín es que Estados Unidos ha incluido a cinco empresas chinas de ordenadores en la lista de las que no podrán relacionarse con compañías estadounidenses si autorización de Washington. Pequín por su parte, amenaza con presionar a empresas como la de paquetería FedEx. Las espadas siguen en alto. 

También faltan datos sobre el  segundo foco de atención, como es la tensión en el golfo Pérsico. El precio del petróleo baja, se aleja de los 65 dólares por barril. Se paga a 63,60 esta tarde. La semana pasada subió un  5 por ciento. EEUU estudia imponer nuevas sanciones a Irán, mientras Teherán ha dejado entrever que pueden caer más drones en el estrecho de Ormuz. Los pistoleros están en medio de la calle y se miran a los ojos mientras mantienen las manos en las cachas de sus revólveres.  El lado bueno es que el cruce de mandobles verbales entre EEUU e Irán ha pasado del campo de las posibles acciones bélicas a las amenazas de sanciones. Ya es algo. 

Los mercados así lo interpretan y se permiten el lujo de esperar con relativa calma. La Bolsa de Nueva York ha marcado hoy nuevos máximos históricos en su índice S&P 500, que se acerca a los 3.000 puntos tras atesorar una revalorización del 7 por ciento en poco más de tres semanas.  También se muestra muy fuerte el índice Dow Jones de valores industriales, que acumula ya una ganancia próxima al 8 por ciento en lo que va de mes. 

En los demás mercados, el oro se mantiene en 1.400 dólares por onza, mientras el euro cotiza muy fuerte, se acerca al cambio de 1,14 dólares. Hoy los mercados han dispuesto de una referencia importante, como es el  índice IFO de confianza empresarial de Alemania. Se ha situado en 97,4 puntos, frente a una lectura anterior de 97,9. Es su peor registro desde hace quince años, lo  que remacha la impresión de que la economía alemana está perdiendo fuelle. El mercado de divisas cotiza la decisión de la Reserva Federal de rebajar el precio del dinero las veces que sea necesario para evitar un enfriamiento de la actividad económica. Los mercados esperan que el precio del dinero  baje más en EEUU que en Europa en los próximos meses. Por su parte, la lira turca sube con fuerza tras la victoria del centro izquierda en las elecciones de Estambul. La revalorización de la divisa de Turquía favorece a BBVA, que tiene importantes intereses en aquel país. 

En el mercado de deuda pública, la prima de riesgo se mantiene ligeramente por encima de 70 puntos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 0,41 por ciento. Muy cerca por tanto de los mínimos históricos que marcó la semana pasada. La agencia Fitch mantuvo el pasado viernes la calificación crediticia de España en A-, con perspectiva estable. Tras las elecciones, espera una política económica sin grandes cambios, al tiempo que no teme un sustancial incremento de la tensión política en Cataluña. Fitch Ratings considera que España debe hacer nuevos ajustes para reducir el déficit público. Espera un crecimiento el PIB español del 2,3 por ciento en el ejercicio en curso y del 1,7 en 2020. 

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