Cómo afecta la participación en el resultado de las elecciones generales

Comprobamos si una alta participación en unos comicios favorece más a la izquierda o a la derecha en el resultado electoral

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Ismael Figueroa

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3 min lectura

El PSOE afronta las próximas elecciones del 10 de noviembre sin miedo a un aumento de la abstención, a un castigo de los votantes progresistas desencantados con la falta de entendimiento de la izquierda ni tampoco al efecto que tendrá el paso de Íñigo Errejón a la batalla política nacional.

"Cuando uno va a las elecciones, no tiene que tener miedo a nada, porque, en definitiva, lo que busca es la confianza de la gente". Ésta ha sido la respuesta del secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, que tiene claro que a quien tienen que castigar los ciudadanos es a los partidos que no han aceptado el resultado de las elecciones de abril y han "bloqueado" el Gobierno socialista.

Pero, a lo largo de la historia, ¿a quién ha perjudicado o beneficiado la abstención?

Ya son 14 las elecciones generales que se han celebrado desde que existe al democracia en España. Excepto las dos primeras, los partidos que siempre han ganado han sido PSOE y PP.

Los comicios que tuvieron una mayor participación fueron los de 1982, con un 80%. Adolfo Suárez (UCD) dejó paso a Felipe González (PSOE) que ganó con una gran ventaja. Estuvo en la presidencia hasta 1996. Su mandato de trece años y medio fue el período más largo de un jefe de Gobierno de la democracia en España.

En 1996 la participación volvió a ser muy alta, del 77,4%, para otorgar un cambio de dirección hacia el PP de José María Aznar. Sin embargo, el popular nunca llegó a sobrepasar el récord de participación que había conseguido González.

Aznar estuvo en el poder hasta 2004, elecciones que perdió frente a José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE). En estos comicios la participación volvió a ser nuevamente muy elevada, del 75,7%.

¿A qué partido beneficia una alta participación en las elecciones generales?

Hasta aquí, numerosos estudios sacaron la siguiente conclusión: si la participación en unas elecciones era muy elevada indicaba que iba a haber un cambio de partido al frente del Gobierno.

Sin embargo, todos los esquemas se rompieron cuando Mariano Rajoy (PP) arrebató la presidencia a Zapatero en las elecciones generales de 2011 con una modesta participación del 68,9%, de las más bajas de la historia. Solo había dos comicios con una participación tan baja, las de 1979 (68%), en las que Adolfo Suárez revalidó la presidencia, y en 2000 (68,7%), cuando fue Aznar el que repitió como presidente.

En las pasadas elecciones, el 28 de abril, la participación fue del 76% siendo una de las más altas de la democracia. Pedro Sánchez (PSOE) ganaba, pero no lograba la mayoría absoluta. Este dato superaba la barrera del 70% que las formaciones se habían marcado como meta a batir y consiguió ser la cota más alta de los últimos quince años.

¿Existe realmente una relación directa entre participación y resultados?

A priori, no hay ningún indicativo que señale que una participación alta sea favorable para la izquierda o la derecha. Sin embargo, es cierto que de las cinco elecciones con más participación de la historia, en cuatro han ganado los socialistas. Y por último, también se pude comprobar cómo existe una relación coherente con alta participación y cambio de dirección en el Gobierno de España.

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