Abascal arropa a Garriga en un cierre de campaña multitudinario, sin librarse de la amenaza de los violentos

Ahora los catalanes deben decidir a qué partido le darán su confianza este domingo

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Jacobo Pérez Miró

Publicado el - Actualizado

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Se acabó. La campaña para las elecciones catalanas ha llegado a su fin. Ahora los catalanes deben decidir a qué partido le darán su confianza este domingo, siempre y cuando, decidan salir de cada. El coronavirus no entiende de fechas electorales o de mítines políticos, algo que, aunque los ciudadanos tienen claro, no tanto los que buscan ganarse sus votos.

El multitudinario acto de Vox para cerrar la campaña catalana

No hay que engañarse. Vox ha montado un acto de fin de campaña multitudinario. La Plaza Artós estaba llena, con curiosos y simpatizantes que se asomaban desde las callejuelas de alrededor y que no podían entrar hasta el centro en el que se había colocado el escenario.

Cánticos, cerveza y hasta bengalas. Cualquiera se hubiera creído en un partido de fútbol, pero no, la gente no estaba allí para ver las carreras a la nada de Vinícius o los paseos campestres sobre el césped de Messi. Aquí la gente ha venido para abuchear a Puigdemont, al que exponen en un vídeo, y sobre todo, para aplaudirle a él, pero todavía no ha llegado.

¿Cómo es el público de Vox?

Los cánticos de muchos de los asistentes resonaban con fuerza a través de las mascarillas. Un objeto que alguno se quitaba para fumar, otro para beber y hasta un individuo que se declaraba abiertamente negacionista. No era la norma, ni mucho menos. Como tampoco el joven que se paseaba con una gorra MAGA (Make America Great Again), o los numerosos grupos de jóvenes menores de edad que corrían de un lado para otro.

Los voluntarios cuidan con esmero el reparto de la propaganda del partido y uno de los objetos se convierte en la estrella. La bandera de España luce en multitud de banderitas, junto con la de Cataluña, pero además, está estampada en las camisetas, mascarillas, gorras, chaquetas y hasta correa del perro de la gente.

“Muchos se han afiliado”, nos cuentan voluntarios que ayudan, agradecidos al partido. Y es que Vox a pasado en un lapso de tiempo muy reducido a tener un representante en todas las provincias catalanas, los cuales han precedido el discurso de Ignacio Garriga.

El candidato Garriga y el protagonismo de Abascal

“El mejor de todos nosotros”, así ha definido el candidato de Vox a la Generalitat a Santiago Abascal. El líder, el primus inter pares de la cúpula del partido de verde al que siempre escoltan nombres como Espinosa de los Monteros, Ortega Smith o Macarena Olona. Tienen lo que tienen y lo exprimen con inteligencia. Así ha sido tras lo que, después de un discurso sin novedad alguna sobre lo ya dicho en campaña, Garriga ha dado paso a Santiago Abascal, quien ha conseguido que la multitud, entusiasmada, alzase la voz por encima del ruido de las hélices del helicóptero de los Mossos.

La violencia vuelva a amenazar a Vox

No se parece a lo ocurrido en Vic, pero tampoco se parece a cualquier campaña de otro partido. El problema sigue ahí y los violentos, autodenominados “antifascistas”, frenados por furgonetas de Mossos antidisturbios.

Un numeroso escuadrón de jóvenes encapuchados le lanzaba piedras, pintura roja y cualquier cosa que encontraban a las furgonetas de los Mossos d’Esquadra. Afortunadamente, el cuerpo de policía autonómico, sí los pudo frenar y, para cuando Santiago Abascal ya estaba hablando, les habían desplazado unos cuantos metros. Al final, Vox clausuró el acto con una reducida versión del himno de España.

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