Así valoran nuestros tertulianos el gobierno de Susana Díaz en Andalucía

Parece claro que el PSOE seguirá gobernando en Andalucía. Pero ¿será suficiente la gestión de la presidenta para gobernar o necesitará pactar?

Susana Díaz

Pilar Abad

Publicado el - Actualizado

8 min lectura

Antonio Jiménez: “El balance del Gobierno de Susana Díaz es nulo”

El balance que se puede hacer del gobierno de Susana Díaz es nulo, en el sentido de que no ha hecho una gestión, entre otras cosas porque probablemente haya estado condicionada por la situación de ese pacto de gobierno que firmó en su día con Ciudadanos.

Pero ha sido una gestión que no brilla por algo en particular y no se puede subrayar por ejemplo, a la hora de presentar una cuenta de resultados, algunos de los datos que más preocupan, más inquietan y más se priorizan en Andalucía como son los activos a la economía, o sea el paro, el crecimiento económico también. La educación por supuesto y el tema de la salida que también ha dejado muchos pelos en la gatera durante esta legislatura

Es evidente que ella, claro, ante la imposibilidad de presentar un balance positivo lo que hace es envolverse en cierto victimismo en la bandera de Andalucía y cargar contra aquellos que desde un punto de vista crítico ella sugiere que suponen no una crítica a su gestión sino a lo que representa Andalucía y a los andaluces. Eso es una mercancía que está vendiendo en estos momentos y que parece que se está comprando por parte de una buena parte de los de los potenciales electores a tenor de lo que nos dicen las encuestas

Los retos de Andalucía son los mismos que llevamos casi 40 años. Si gana las elecciones, como aseguran y subrayan las encuestas, no sabemos con qué margen de diferencia, es evidente que tendrá que gobernar con el apoyo o bien de Podemos o bien de Ciudadanos. Ciudadanos, de momento ha dicho que no que no vuelve a pactar con Susana Díaz y menos desde luego hacerlo antes de las elecciones municipales y autonómicas de mayo, que eso condicionaría un resultado para Ciudadanos en el resto de España. No sería lo más aconsejable que va a hacer Podemos, pues no sabemos qué está poniendo como condición que no sea Susana Díaz la que presida ese Gobierno, de tal forma que si podría apoyar al PSOE, pero no con Susana Díaz al frente de la Junta

Eso abre la posibilidad, si las circunstancias se dieran, a que hubiera de nuevo una repetición de las elecciones y estas podrían incluso repetirse coincidiendo con las municipales y autonómicas del veintitantos de mayo. Una posibilidad abierta a tenor de los resultados que puedan darse, según lo que dicen las encuestas.

Carmen Torres: “Susana Díaz o la reinvención del régimen andaluz”

El producto Susana Díaz fue la solución que encontró José Antonio Griñán para reinventar el régimen del PSOE andaluz en Andalucía en sus horas más bajas. El desgaste de Manuel Chaves tras dos décadas de Gobierno hizo que José Luis Rodríguez Zapatero se lo llevara como vicepresidente de su Gobierno en 2009 para favorecer una renovación que las encuestas señalaban como necesaria en Andalucía. El miedo a afrontar ese cambio generacional hizo que Chaves delegara en una persona de su edad, su amigo José Antonio Griñán, que fue el primero en perder unas elecciones frente al PP de Javier Arenas en las autonómicas de 2012.

Ese varapalo y la visión política de Griñán engendraron una solución para intentar revitalizar a ese socialismo andaluz decadente: dar paso a las nuevas generaciones. El veterano político, ex ministro de Felipe González, prefería al onubense Mario Jiménez como sucesor, pero no tuvo elección: al nombrar a Susana Díaz como su mano derecha en el PSOE-A, la joven sevillana se había hecho con las riendas del partido cerrando el paso a cualquier otra opción. Sólo su nombre garantizaba la paz interna en el proceso de sucesión.

De esta manera llega Susana Díaz a la presidencia de la Junta de Andalucía el 7 de septiembre de 2013 tras la dimisión de Griñán. Es la primera mujer en acceder al cargo, tiene 39 años y promete "un nuevo tiempo" en el Gobierno andaluz. Pero su trayectoria, desarrollada en la sede del PSOE de Sevilla desde su etapa en las Juventudes Socialistas, en cargos institucionales y sin experiencia en el ámbito privado, desde los 23 años en coche oficial, hace que Díaz sea una perfecta continuidad de las recetas tradicionales del socialismo andaluz.

Desde entonces, los Gobiernos de Díaz, primero en coalición con IU y luego gracias al apoyo parlamentario de Ciudadanos, no han innovado nada. Se han caracterizado por tener un fuerte componente presidencialista que ha eclipsado las figuras de sus consejeros. En tiempos de Chaves, el Consejo de Gobierno andaluz contaba con fuertes personalidades políticas como el propio Griñán, Gaspar Zarrías, Micaela Navarro, las hoy ministras Carmen Calvo y María Jesús Montero, entre otros.

En sus Ejecutivos, Díaz ha prescindido de cualquier figura que pueda hacerle sombra y ha configurado gabinetes grises y sin impulso político. Fruto de esa forma de hacer política, la gestión brilla por su ausencia en los últimos cinco años en la Junta de Andalucía, que tras dos mandatos de la presidenta no puede presumir de ninguna ley o medida estrella. "Con gestión no se ganan las elecciones", explica en privado Susana Díaz para hacer valer su política de gestos y márketing como la realmente importante para perpetuarse en el poder. Aunque en un principio esa estrategia dio sus frutos, la ausencia de pulso de su Gobierno empieza a pasarle factura.

Los andaluces también tienen fresco el recuerdo del año y medio (2016-17) que Susana Díaz dedicó en cuerpo y alma a sustituir a Pedro Sánchez al frente del PSOE federal. En ese periodo, la presidenta se olvidó de Andalucía y empeñó todos sus esfuerzos en dar un salto a Madrid que no se produjo. Su imagen como ariete frente a Sánchez y perdedora de las primarias dejan claro que Andalucía fue para ella sólo un premio de consolación. Recuperada del trauma personal y político que le supuso la derrota, su amor por Andalucía vuelve a ser el principal leit motiv de su campaña. El día 2 de diciembre se comprobará si le sigue funcionando.

Ignacio Camacho: “El gobierno de Susana Díaz es muy débil en gestión”

El balance del gobierno de Susana Díaz es plano y muy débil en gestión, porque la presidenta ha estado más implicada en la batalla política interna de su partido. En el plano positivo, estabilidad institucional. En el negativo, el colapso de la sanidad y la ausencia de impulso y de  reformas estructurales. 

Paco Robles: “La incógnita está en quién pactará con Susana Díaz”

Las elecciones andaluzas del 2 de diciembre se presentan con un punto de incertidumbre en un panorama de apatía popular. Ya no estamos en 1980, cuando el pueblo andaluz salió a las calles en masa para defender su orgullo ante las reglas que pretendían conceder un claro privilegio a las nacionalidades llamadas históricas: como si las demás regiones hubieran nacido ayer por la mañana. Esa apatía se palpa en la calle, en la ausencia de debates, en los mítines donde el público está compuesto por los fieles, por los adeptos, por los militantes del partido que los organiza.

 Con Susana Díaz como clara favorita por el primer puesto, que parece asegurado incluso en las encuestas que no están confeccionadas a medida por el CIS, la incógnita está en quién pactará con ella. Ciudadanos se niega en principio, aunque todo el mundo conoce el buen rollito que se marca su candidato Juan Marín con la presidenta en funciones. Este pacto sería el deseado por el PSOE andaluz, y no por Pedro Sánchez, que pretende sumarse a la alternativa con Podemos para desgastar, de camino, a su enemiga interna en el partido. La clave está ahí, y será Susana quien la resuelva con su consabida habilidad para estos asuntos. Del PP solo se puede esperar que no se vea superado por Ciudadanos. Se juega mucho en este envite, y su líder, Pablo Casado, está en Andalucía durante once de los quince días de campaña para demostrar este aserto.

En medio de un clima de apatía generalizada, estas elecciones podrían suponer algo histórico: si el PSOE las gana y consigue formar Gobierno, puede llegar a batir el récord de los cuarenta años en el poder. Llegó en mayo de 1982 y puede seguir cómodamente hasta diciembre de 2022. Hagan las cuentas y lo comprobarán…

Paco Robles: “La incógnita está en quién pactará con Susana Díaz”

Las elecciones andaluzas del 2 de diciembre se presentan con un punto de incertidumbre en un panorama de apatía popular. Ya no estamos en 1980, cuando el pueblo andaluz salió a las calles en masa para defender su orgullo ante las reglas que pretendían conceder un claro privilegio a las nacionalidades llamadas históricas: como si las demás regiones hubieran nacido ayer por la mañana. Esa apatía se palpa en la calle, en la ausencia de debates, en los mítines donde el público está compuesto por los fieles, por los adeptos, por los militantes del partido que los organiza.

 Con Susana Díaz como clara favorita por el primer puesto, que parece asegurado incluso en las encuestas que no están confeccionadas a medida por el CIS, la incógnita está en quién pactará con ella. Ciudadanos se niega en principio, aunque todo el mundo conoce el buen rollito que se marca su candidato Juan Marín con la presidenta en funciones. Este pacto sería el deseado por el PSOE andaluz, y no por Pedro Sánchez, que pretende sumarse a la alternativa con Podemos para desgastar, de camino, a su enemiga interna en el partido. La clave está ahí, y será Susana quien la resuelva con su consabida habilidad para estos asuntos. Del PP solo se puede esperar que no se vea superado por Ciudadanos. Se juega mucho en este envite, y su líder, Pablo Casado, está en Andalucía durante once de los quince días de campaña para demostrar este aserto.

En medio de un clima de apatía generalizada, estas elecciones podrían suponer algo histórico: si el PSOE las gana y consigue formar Gobierno, puede llegar a batir el récord de los cuarenta años en el poder. Llegó en mayo de 1982 y puede seguir cómodamente hasta diciembre de 2022. Hagan las cuentas y lo comprobarán…

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