El PP decide dar un perfil bajo a su crisis interna para evitar un daño electoral
Génova decide bajar el clima de crispación dentro del partido e intenta despejar los fantasmas de una mala tendencia en las encuestas
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Una pequeña tregua en medio de la 'guerra fría'. Al menos, de cara a la galería. Es la decisión que ha tomado el Partido Popular para acallar el choque que enfrenta a la dirección nacional con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Una imagen que han querido trasladar en el día de la Constitución después de largas semanas de desencuentros entre Génova y Sol.
El último choque fue escenificado en la presentación del último libro del expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La mala coordinación entre Pablo Casado y Ayuso a la hora de hacerse la foto oficial, a causa de un malentendido protocolario, reflejó una gran falta de sintonía ante los medios de comunicación.
A pesar de todo, la erosión en la relación entre ambos ha parecido algo más difuminada, o calmada, durante los actos de conmemoración de la Carta Magna en una fría mañana madrileña. Ya no solo con Génova, sino con el aparato de partido más allá de las fronteras de la capital.
Abrazos, gestos de cariño, conversaciones cordiales, corrillos entre los propios líderes regionales del partido... Hasta un abrazo fraternal del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, a la propia Ayuso. No se ha visto la tensión de otros días, no se respiraba el desencuentro al que estábamos ya acostumbrados en los últimos capítulos de fuegos cruzados.
Eso sí, el protocolo, una vez más, ha querido hacer de las suyas con el PP, también en este acto. En la colocación de las sillas de invitados, frente a la Puerta de los Leones, a Casado y Ayuso les ha tocado estar al lado. Otra vez la foto. De nuevo, los focos mediáticos. Pero se les ha visto conversar, esta vez, con naturalidad y de forma distendida. No solo entre ellos dos, también con Feijóo o con el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras.
Cierto es que, en medio de toda esta situación, las últimas encuestas muestran un principio de desgaste en el PP debido a su crisis interna. Un conflicto que está ahí, por mucho que sus rostros más visibles se empeñen en decir que es “supuesto”, como señalaba el domingo el secretario general del PP, Teodoro García Egea.
Por eso, la intención de la dirección nacional es que, a pesar de esa crisis, se muestre al menos un perfil bajo en la contienda de puertas para afuera, según ha podido saber la Cadena Cope. Bajar el nivel de crispación que hay en el partido para intenta despejar los fantasmas de una mala tendencia en las encuestas. Un perfil bajo que se ha querido materializar en esos abrazos y gestos entre populares para rebajar la tensión.
Una decisión con la que se quiere predicar con el ejemplo por todo el partido, ya que, al final, el PP es el único perjudicado a la larga si lo que se pretende es ganar las elecciones generales, aseguran fuentes populares.
Por su parte, la presidenta madrileña ha abogado por pasar “pronto página” en el conflicto abierto. Ha llamado a centrarse en los problemas de los ciudadanos, que son, dice, “más importantes” y están “muy por encima” del PP. El que ha evitado referirse a este asunto ha sido Casado, que ha focalizado todo su discurso en la gestión del Gobierno y de Pedro Sánchez.