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Que te toque un juez u otro puede cambiar la decisión. Es lo que opina mucha gente cuando tiene que acudir a la Justicia. Confiamos en la profesionalidad de un juez, como en la de cualquier profesional de otro gremio. Cada uno tiene su personalidad, como cualquiera. Y los hay mejores y peores. Pero su trabajo es aplicar la ley y hacer Justicia. Cuando se trata de temas que afectan a lo público, incluso a la Política, y son casos mediáticos, se mira todo con lupa. En el caso Gürtel recusaron a magistrados como Enrique López y Concepción Espejel porque consideraron que tenían afinidad con el PP. Y lo que caracterizó al tribunal formado por los magistrados Angel Hurtado, Julio de Diego y José Ricardo de Prada, considerado muy progresista, fue la discrepancia, en múltiples ocasiones.
Con esas discrepancias el fallo no sorprendió. Fuentes de la Audiencia Nacional, consultadas por COPE, no critican las cuestiones técnicas y jurídicas, pero sí consideran extralimitada la interpretación política de la sentencia, interpretación de los magistrados José Ricardo de Prada y Julio de Diego, que ha dado pie a una moción de censura y que puede echar abajo un Gobierno. “Tiene una finalidad política, han actuado con motivos ideológicos”, señalan. Por esa interpretación, nos cuenta estas fuentes, hay malestar en muchos jueces de la Audiencia. Recordemos que el voto particular del Presidente del Tribunal, Ángel Hurtado, pide la absolución del PP como partícipe a título lucrativo, tiene que pagar los 245.000 euros de los que se benefició por las artimañas ilegales de los que eran, entonces alcaldes de Pozuelo y Majadahonda.
“A veces critican que la Política se meta en la Justicia pero ahora parece que es la Justicia la que se ha metido en la Política”, señalan otras fuentes jurídicas consultadas. Y lo que les resulta más sorprendente es que el juez De Prada, el juez más duro con el PP, haya pedido participar en las vistas sobre las medidas cautelares en las que la Fiscalía pidió prisión para la mayoría. Pero también les llama la atención que Fernando Grande-Marlaska, ex Presidente de la Sala de lo Penal, desde el CGPJ, votase a favor. No se podía permitir, De Prada está en comisión de servicio desde el 23 de abril porque forma parte del Tribunal Penal de La Haya y tenía permiso para deliberar y redactar la sentencia, nada más. Lo impide la ley. Y posiblemente, si hubiese estado la situación de los condenados no sería la misma, nos dicen.
José Ricardo de Prada es un juez de larga trayectoria, excelente jurista, experto en asuntos internacionales, estudioso y preparado, dicen sus compañeros, y conocido por ir por libre con sus votos particulares y sus opiniones. Se empeñó en que Mariano Rajoy declarase como testigo en Gürtel y que lo hiciese en persona, nada de videoconferencia. En un curso en El Escorial llegó a decir que las condenas a los etarras eran altas y desproporcionadas. Y en Tolosa, hace dos años, dijo que en España la tortura se produjo de forma clara. No tiene problema en hablar de lo suyo fuera del trabajo, en cualquier foro. Pero “le puede su ideología, y a veces resulta hasta sectario, más que progresista”, dicen las fuentes consultadas.