Un hombre abandona la isla en la que vivió solo durante 32 años por las presiones de las autoridades

El hombre de 81 años llevaba tres décadas siendo el único habitante de la isla de Budelli, en pleno Parque Nacional de La Maddalena (Italia)

Mauro Morandi en una foto en la isla

David Ferreiro

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Mauro Morandi, un italiano de 81 años de edad, se ha visto obligado a abandonar la isla de Budelli después de vivir allí durante los últimos 32 años, según ha informado la revista especializada. “Barche a motore, Mediterranean Boat”.

Morandi era el único habitante de la isla, que se localiza en la región norte de Cerdeña y se encuadra dentro del Parque Nacional de La Maddalena, un espacio protegido en la actualidad pero que no lo estaba en el momento en el que se instaló el hombre, allá por 1989.

De hecho, el espacio fue designado como parque nacional cinco años después de la llegada del ermitaño a la isla, en 1994.

Desde entonces, las autoridades ya habían intentado que Morandi abandonara su residencia en 2016, pero la presión ejercida por una petición popular a la que se sumaron unas 18.000 personas impidió el desahucio de forma temporal.

Ahora, Morandi se ve obligado a abandonar su casa después de realizar unas obras sin la autorización necesaria y ante la necesidad de realizar más trabajos para asegurar el estado de la vivienda.

Su historia con la isla es casi de película, por lo que la noticia corrió como la pólvora en redes sociales. Morandi se asentó en la isla en 1989, cuando navegaba en su catamarán en dirección a las islas del Pacífico.

Fue en ese momento cuando tuvo un pequeño percance, lo que hizo que los vientos lo arrastraran hasta el islote. Allí descubriría que la persona que se encontraba al cargo del cuidado de la isla iba a dejar el cargo en un par de días, por lo que, arrastrado por el hartazgo que le producía la sociedad desde hace tiempo, decidió vender su barco y quedarse en el territorio para ocupar la vacante.

Una situación que poco tardó en convertirse en su modo de vida, disfrutando de la soledad y de la paz que le proporcionaba vivir en un lugar tan peculiar, lo que suponía un cambio radical en la vida de este hombre que hasta ese momento se desempeñaba como profesor de educación física.

Tanto es así que durante los últimos años se dedicó a compartir en sus redes sociales (@MauroMorandi8) su día a día, obteniendo cierta popularidad. Algo que, sin duda, le ayudó para darse a conocer e impedir, al menos durante cinco años más, que le desalojaran de la isla.

En busca de un nuevo hogar

Con vistas a notar el menor cambio posible y continuar con su estilo de vida, Morandi ha decidido mudarse a un pequeño apartamento situado en la isla Maddalena, la principal del archipiélago a la que precisamente da nombre.

Su intención es la de continuar con su aislamiento voluntario y solo acercarse a la ciudad para lo necesario, como podría ser hacer la compra, ir al médico o recoger medicamentos. Según sus propias palabras, el hombre vivirá a las afueras de la ciudad principal, que cuenta con casi 12.000 habitantes.

Morandi se ha definido a sí mismo como un hombre enamorado del mar, por lo que no lo dudó ni un momento cuando le notificaron que debía abandonar, de forma definitiva, el pequeño islote en el que había pasado las últimas tres décadas.

Sin embargo, y aunque su estilo de vida no vaya a cambiar, sí notará ciertas diferencias con su residencia anterior. La principal, además de que ahora tendrá vecinos, es la ubicación. Porque la isla Budelli, en la que residía durante los últimos años, es considerada uno de los lugares más bonitos de la región.

Allí se encuentra la Spiaggia Rosa, una playa en la zona sur de la isla que destaca por la presencia de fragmentos microscópicos de corales y conchas que tiñen la orilla y la arena de un color rosáceo.

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