El misterio sobre el pozo de Darvaza, ¿Cuándo y por qué empezó a arder?

Se dice que el cráter fue generado por acción humana, pero se desconoce el origen del fuego, que arde de manera ininterrumpida desde hace más de 40 años

Una imagen del cráter de Darvaza

David Ferreiro

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Si hablamos de la antigua URSS y de las quince nuevas naciones que se originaron tras su disolución en 1991, pocas veces se nos vendrán a la cabeza aquellas que nos son más lejanas y menos conocidas, como es el caso de Turkmenistán.

Este estado, ubicado en Asia Central, comparte fronteras con Irán, Afganistán, Uzbekistán y Tayikistán, estas dos últimas también antiguas repúblicas soviéticas, pero poco tiene que ver con el resto de antiguos miembros de la URSS, especialmente con los europeos.

Algo que no es de extrañar si pensamos que su capital, Asjabad, se encuentra a más de 3.000 kilómetros de Moscú, la capital de Rusia, o a casi 4.000 kilómetros de la ciudad de San Petersburgo, más cercana a las antiguas repúblicas de Estonia, Letonia y Lituania, hoy países miembros de la Unión Europea y mucho más conocidos para el público en general.

Sin embargo, Turkmenistán, un país con serios problemas de corrupción y pobreza y donde la democracia está en entredicho, guarda en sus adentros uno de los fenómenos más increíbles del mundo, el Pozo de Darvaza.

Ubicado en medio del desierto de Karakum, que con sus 350.000 km² ocupa el 70% del territorio del país, y a unos 260 kilómetros de la capital, Asjabad, el pozo de Darvaza es un enorme cráter de unos 69 metros de diámetro y 30 de profundidad que arme de forma ininterrumpida desde, por lo menos, la década de los 70 o de los 80.

Es decir, lleva ardiendo como mínimo desde hace cuatro décadas, pudiendo sobrepasar los 50 años en llamas según la versión de la historia que se de por valida.

Porque lo cierto es que tanto el origen de este enorme cráter como de su fuego es, a día de hoy, desconocido, algo a lo que tampoco contribuye la situación actual del país y su hermetismo, que apenas permite que los científicos indaguen sobre ello.

Por este mismo motivo, existen varias versiones sobre su formación y el motivo por el que comenzó a arder.

La versión que se tiene por verdadera, siempre teniendo en cuenta que ninguna está confirmada al cien por cien, es la que dice que su origen se remonta a 1971, cuando un grupo de geólogos soviéticos estaba realizando distintas perforaciones en el desierto de Karakum, una zona de gran riqueza en petróleo y gas natural.

Precisamente en la zona que hoy conocemos como Darvaza pensaban que se encontraba una gran reserva de petróleo, por lo que decidieron montar allí el pesado equipo de extracción, sin tener en cuenta que el terreno no era como en un principio se imaginaban, ya que en realidad lo que habían hallado era una gran bolsa de gas natural.

Al iniciar las perforaciones y con el propio peso de la maquinaria, se produjo un colapso en el terreno, que se hundió dejando a la vista una enorme cueva subterránea de gas metano, modificando también la naturaleza de otras fosas cercanas que, del mismo modo, se colapsaron, quedando al descubierto.

Ojipláticos al ver ante sus ojos cómo la tierra se parecía haber tragado sus equipos, los miembros de esta expedición pronto se darían cuenta de que en lugar de petróleo habían encontrado una reserva de gas natural formada principalmente por metano, que al quedar al descubierto se liberaba de forma contínua hacia la atmósfera.

Esto suponía un gran problema, por lo que según se cuenta, habrían decidido prenderle fuego a la reserva con la intención de que todo el metano se pudiese quemar en cuestión de semanas, ya que la liberación de dióxido de carbono que se produciría con la quema sería mucho menos dañina que los efectos que el propio metano podría tener.

Pero calcularon mal, ya que la reserva de metano era mucho más grande de lo que ellos pensaban, lo que hizo que el depósito continuase ardiendo durante años y años... hasta nuestros días, algo con lo que no contaban, pero que tampoco parece que suponga un problema dada su remota ubicación.

Sin embargo, no hay ningún tipo de documento oficial que atestigue que esta versión es real, por lo que tampoco se deben descartar otras historias que se cuentan sobre el inicio de este fenómeno.

Así, según otra versión de la que se hace eco la BBC, algunos geólogos turcomanos hablan sobre que el cráter se podría haber originado en 1960, pero empezaría a arder veinte años más tarde, en 1980. De hecho, ni tan siquiera descartan que el origen del fuego haya sido natural, al ser impactado por un rayo o algo similar.

El mismo medio también menciona la probabilidad de que se realizara en la zona la técnica conocida como flaring, que consiste en quemar los excedentes de gas de una extracción por motivos económicos y de seguridad.

Sea como fuere, el cráter de Darvaza, conocido también como 'la puerta del infierno', continúa ardiendo desde hace varias décadas, alcanzando en su interior unos 400°C que justifican su apodo.

A pesar de los intentos por apagar las llamas, todo ha resultado inútil, por lo que continúa ardiendo en medio del desierto, convirtiéndose en un reclamo turístico para aquellos viajeros más aventureros.

Llegar hasta él no es sencillo, pero quien lo ha visto, especialmente de noche, dice que el largo viaje por el desierto merece la pena.

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