El Partido Socialdemócrata Alemán consulta a su militancia si quiere seguir siendo socio de Merkel

Una votación de la que depende el futuro del partido de la canciller alemana, el de Alemania y el de la propia Unión Europea

Los afiliados socialdemócratas han podido decidir si aprobaban que su partido fuese de nuevo socio minoritario con Merkel

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) ha iniciado en las últimas horas el escrutinio de la consulta a su militancia sobre la reedición de la gran coalición con los conservadores de la canciller Angela Merkel, una votación de la que depende el futuro de la formación, de Alemania y de la Unión Europea. El resultado, al que rodea una gran incertidumbre, se dará a conocer a primera hora de este domingo, cuando concluya el recuento de las papeletas, que llegaron minutos antes de las 17.00 hora local (16.00 GMT) del sábado al edificio Willy Brandt, la sede central del SPD en Berlín. De seguido comenzó el recuento, supervisado por notarios, a manos de 120 voluntarios que por confidencialidad no pueden abandonar el edificio durante el proceso y han debido entregar sus teléfonos móviles a la entrada.

Los 463.723 afiliados socialdemócratas han podido decidir entre el 20 de febrero y la medianoche de este viernes si aprobaban que su partido fuese de nuevo socio minoritario en un Ejecutivo liderado por la conservadora Merkel. Las condiciones del pacto, de las medidas concretas que se van a implementar al reparto de ministerios, se detallaron en un contrato de 177 páginas que se negoció entre enero y febrero, y que incluye propuestas clave de los socialdemócratas y concede al SPD ministerios capitales como Finanzas y Exteriores. El presidente interino del SPD, Olaf Scholz, se mostró satisfecho por la "muy, muy alta participación" en la consulta en unas breves declaraciones previas a un encuentro de la cúpula del partido en Berlín.

Andrea Nahles, candidata de la dirección a la presidencia en un congreso que se celebrará en abril, se reconoció "un poco tensa", pero confió en que el resultado sea el 'sí' por el que de forma unánime ha hecho campaña la dirección. "Con suerte no habrá un resultado negativo. Con lo que no especulo con esa posibilidad", añadió Nahles, que previamente había asegurado que no hay "plan B". No obstante, la incertidumbre es grande a falta de encuestas sobre intención de voto y debido a la campaña de ciertos sectores del partido en contra de reeditar el acuerdo de la pasada legislatura, que les llevó en septiembre a sus peores resultados en unas elecciones, sólo el 20,5 % de los votos. Las Juventudes Socialdemócratas (Jusos) y el ala más izquierdista de la formación han hecho una feroz campaña por el "no", argumentando que un nuevo pacto con Merkel desdibuja el perfil político del partido e impide su necesaria renovación, por lo que abogan por marchar a la oposición.

Además, el SPD ha recibido desde enero 24.339 nuevas afiliaciones, entre ellas las de ciudadanos no necesariamente afines al partido que quieren aprovechar la oportunidad para volver a decidir sobre el futuro gobierno. "Jusos" e izquierdistas animaron durante semanas a los alemanes a afiliarse -un trámite que podía salvarse por internet- para votar 'no', escenificando una confrontación con la dirección que los conservadores, despectivamente, denominaron la "rebelión de los enanos". Un "sí" daría luz verde para un nuevo gobierno de gran coalición en Alemania bajo el liderazgo de Merkel, que encadenaría así su cuarta legislatura consecutiva.

Se lograría desencallar la formación de gobierno, bloqueada desde las elecciones del 24 de septiembre pasado por los malos resultados que cosecharon conservadores y socialdemócratas, y por la irrupción con un 12,6 % de los votos de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), con la que ningún partido está dispuesto a pactar. Merkel trató en un primer momento de formar un tripartito con verdes y liberales -pero los contactos descarrilaron en noviembre- y a continuación presionó al SPD para que operase un giro de 180 grados y accediese a negociar abandonando su oposición inicial a una nueva gran coalición.

Por el camino quedó el hasta entonces presidente del SPD, Martin Schulz, que perdió toda su credibilidad en este viraje y abandonó su cargo en febrero. Por otro lado, un "no" generaría una crisis en el SPD, pues la cúpula, que ha abogado unánimemente por el "sí", quedaría deslegitimada por las bases. Además, Merkel se vería forzada a un gobierno en minoría que ha dicho que no desea y probablemente acabaría buscando elecciones anticipadas. La Unión Europea tampoco saldría indemne y, con el bloqueo político en Berlín, perdería casi definitivamente el tren de las reformas integradoras que ha tratado de poner en marcha el presidente francés, Emmanuel Macron.

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Con Carlos Herrera

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