Por qué Turquía se niega a la entrada de Suecia y Finlandia en la OTAN
Chema Gil, experto en geopolítica, explica en COPE los motivos detrás de la contundencia de Erdogan a la hora de negarse a negociar con ambos países su entrada en la alianza
Madrid - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Los dirigentes de Suecia, Finlandia y la OTAN han establecido comunicaciones este sábado con Turquía y han prometido al presidente, Recep Tayyip Erdogan, que Ankara recibirá "garantías de seguridad" si levanta el veto que declaró contra la adhesión de los dos países nórdicos a la Alianza Atlántica por entender que mantienen vínculos con grupos considerados por Turquía como organizaciones terroristas.
Unas comunicaciones que forman parte de una ronda de llamadas de la alianza y los candidatos a la adhesión con la que intentan calmar la negativa de Ankara. Y es que esta semana Erdogan se ha mostrado más que vehemente respecto a la entrada de Suecia y Finlandia en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, rechazando incluso recibir a ambos países en el país turco para buscar unas negociaciones que cambien su intención de voto sobre la entrada de ambos en la alianza. Erdogan llegó a sentenciar que ambos países “mejor que no vengan”. No obstante, ¿cuáles son los motivos que se esconden detrás de la negativa turca?
Por qué Turquía se niega a la entrada de Suecia y Finlandia
Para Chema Gil, director de Estudios de Seguridad de Universae, la contundencia del mensaje de Erdogan obedece a su intención de “crear un entorno negociador del que pueda surgir algún beneficio para los intereses de Turquía”. Y es que la negativa de Ankara a la adhesión de ambos países al tratada radica en que “Suecia acoge como refugiados a gente del PKK, esa rama que ellos consideran terroristas”. “Sobre esa base tan sencilla pretende que toda la OTAN quede inmovilizada ante la integración de Suecia y Finlandia”, comenta.
Y es que, según el protocolo de ingreso en la OTAN, cada país miembro tiene derecho a veto y se necesita el voto unánime de la alianza militar. “Como ya ocurrió en relación con todo lo que tiene que ver con los refugiados de Siria en los que la Unión Europea terminó pagando a Ankara 6.000 millones de euros para que contuviera a los refugiados en la frontera con Grecia”, añade Gil a COPE. “Lo de Finlandia es por extensión y porque someter a presión a la OTAN en relación con dos países genera una posición a la hora de enfrentar las negociaciones finales en un proceso largo”.
“La postura de Turquía no se va a sostener con el tiempo”
“La OTAN quiere incorporar a estos países que están pidiendo su entrada desde un punto de vista justificado”, destaca el experto en geopolítica. Y es que antes de la invasión de Ucrania el 70% de Finlandia no quería romper la neutralidad y ahora la sociedad quiere estar bajo el paragüas de la alianza. “Entrarán antes o después, antes de lo que Rusia se cree y es poco probable que le digan que no”, comenta.
Además, Gil subraya que “Turquía no puede ponerse muy arrogante porque, por ejemplo, su espacio aéreo está defendido por baterías de misiles patriot que son españolas, están nuestros soldados”. “No veo que se pueda sostener mucho los argumentos de Erdogan con el tiempo porque la amenaza que se ha desvelado tras la invasión es una amenaza también para toda la Unión Europea”.