Tristeza, cansancio y control de las emociones: las últimas horas de Johnson al frente del Partido Conservador
El experto en Comunicación no Verbal, José Luis Martín Ovejero, analiza en COPE los gestos de Johnson durante la comparecencia de este jueves en la que ha anunciado su dimisión
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Tras varios meses de polémicas continuas y unas últimas horas completamente agónicas, este jueves el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha terminado cediendo a las presiones de su partido. Frente a Downing Street, el 'premier' ha anunciado que dimitía como líder del Partido Conservador y como primer ministro británico. Eso sí, se mantendrá de manera interina hasta que el partido elija a un nuevo líder que pueda redirigir la situación de insostenibilidad política en el país.
La cascada de dimisiones en el seno del partido han hecho que Boris Johnson viera cómo su mandato terminaba cayendo por su propio peso, a pesar de reiterar en varias ocasiones a lo largo del día de ayer que se negaba a abandonar su cargo.
"Está claro ahora que la voluntad del Partido Conservador en el Parlamento es que debería haber un nuevo líder del partido y, por lo tanto, un nuevo primer ministro". Con estas palabras, Johnson bajaba los brazos y comparecía frente a Downing Street para dejar claro que no iba a oponer más resistencia. No obstante, es interesante prestar atención al lenguaje no verbal de Johnson. Es decir, todo aquello que hemos podido ver durante su intervención pública. José Luis Martín Ovejero es experto en Comunicación no Verbal y ha desgranado en varias claves los gestos del todavía 'premier' británico.
Tristeza, cansancio y control de las emociones: las últimas horas de Johnson al frente del Partido Conservador
El experto ha destacado, en primer lugar, que Boris Johnson parece tener el mensaje muy interiorizado. "Aunque está leyendo, no está atado al texto, no está esclavizado. Es como si cogiera las ideas y lanza el discurso mirando a las personas que le rodean", ha asegurado Martín Ovejero. Ha explicado, a continuación, que ha interiorizado su discurso: "Seguramente lo habrá escrito más él que los asesores". Además, tal y como ha subrayado, "le ha salido de muy dentro porque no se ata al papel".
En segundo lugar, Martín Ovejero destaca también la imagen de firmeza que ha tratado de transmitir. "Cuando una persona lee, habitualmente es más plano que cuando improvisa", ha matizado. A continuación, ha agregado que Johnson "tiene golpes de voz", que en más de una ocasión llega a hablar "con impulsos". Por otro lado, también se han visto "golpes reales, físicos, directamente sobre el atril". El experto ha agregado que llega a golpearlo hasta en tres ocasiones. "Es evidente que ha salido a dar una imagen de total firmeza", ha asegurado. Eso sí, llama a la vez la atención la emoción que más ha salido a relucir durante la comparecencia: la tristeza.
"Hay una serie de emociones básicas que son universales e innatas, y cuando nuestro cerebro las siete con fuerza, va a activar unos músculos faciales que son incontrolables", ha subrayado Martín Ovejero. En el caso de Johnson, la emoción predominante ha sido la tristeza. "Yo esperaba verle más enfadado, a nivel de emociones reales, pero ha habido más tristeza que enfado", ha confesado. Además, ha querido prestar atención a dicho sentimiento: "Hay un detalle interesante en su último adiós, cuando ha terminado su mensaje y lanza un último vistazo a las personas que le rodean, sabiendo que tal vez sea su último discurso ya como primer ministro".
Por otro lado, hay otro pequeño detalle en su comportamiento que es llamativo: frunce y aprieta los labios. Los seres humanos, ha explicado Martín Ovejero, solemos hacer este gesto cuando intentamos omitir información que ya conocemos o, en el caso de Johnson, "cuando tratamos de reprimir con fuerza emociones. No estallar hacia fuera y tragarnos las emociones, en este caso la tristeza".
En último lugar, el experto en Comunicación no Verbal destaca el cansancio del todavía primer ministro británico. "Su cuerpo se apoyaba sobre el atril, algo que no es frecuente en oradores, que se suelen mantener erguidos y miran a los lados", ha argumentado. En el caso de Johnson, ha apoyado los codos en varias ocasiones sobre el atril. "Daba la sensación de que su cuerpo y su mente estaba muy cansada", ha agregado.
En último lugar, hemos querido incidir en la primera idea que nos ha dado: el mensaje interiorizado. ¿Es posible que Boris Johnson supiera desde ayer, a pesar de insistir en mantenerse en su puesto, que el final era inevitable? "Es muy difícil dar una respuesta pero parece un mensaje demasiado interiorizado como para que sea de las últimas dos horas", ha explicado. "Lo llevaba tan dentro que parece que por lo menos ayer mismo ya barajara la opción de salir y de lo que iba a contar en el caso de salir", ha agregado Martín Ovejero. En último lugar, ha matizado que, a su juicio, no se trata "de un cambio radical" de idea, sino que lo tuviera "más o menos decidido". Eso sí, ha querido subrayar que no se tratan más que de meras especulaciones.