La crisis de la V República es la crisis de Europa
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
Francia decide hoy entre entregar el gobierno a la extrema derecha o dar paso a una difícil coalición para los próximos tres años de un frente republicano que abarcará desde el centroderecha a la izquierda radical. Todo apunta a que el cordón sanitario volverá a funcionar, con la duda de si será esta la última vez en que logre cerrar el paso al poder de algún miembro de la familia Le Pen. El presidente Macron ha jugado con fuego y ha salido escaldado. Se hace difícil pensar que pueda salvar de la parálisis lo que le queda de presidencia.
Pero más allá de esta primera consecuencia de su adelanto electoral, genera una honda inquietud la evidencia de que la competición partidista se ha desplazado a los extremos. El joven y brillante presidente dio el salto a la primera magistratura de Francia presentándose como salvador de la V República. En el momento de declive de su estrella, sin embargo, emerge yermo el campo moderado, y con serias dudas sobre su capacidad de reacción. Europa observa con inquietud, temiendo un efecto contagio de este nacional populismo que gana fuerza a ambos lados del Atlántico. La democracia cristiana y la socialdemocracia, que construyeron esta Europa, necesitan reinventarse. No confundirse con los populistas de ambos polos sino volver a empatizar con la ciudadanía y ofrecer respuestas a las cuestiones que generan inquietud ante el futuro. El diagnóstico es sencillo, pero la forma de llevarlo a cabo, muy compleja. Más que un frente republicano, se necesita un gran frente ciudadano, comprometido con el bien común desde la firme voluntad de no excluir a nadie.