Desaceleración económica

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística la desaceleración se ha instalado en la economía española. Después de crecer con una media de un 3%, en el 2018 lo hemos hecho al 2,5%, en un contexto en el que el Producto Interior Bruto de la eurozona también ha sufrido un frenazo, y los países que habitualmente son su locomotora están perdiendo fuelle.

La consecuencia inmediata de esta ralentización de la economía el freno a la creación de empleo, que modificará la tendencia de fuerte crecimiento de los dos últimos años. También se van a notar los efectos en el consumo, aunque ahora sigue estable debido al aumento de las pensiones y de los salarios. Es necesario que el consumo se mantenga estable para compensar las pérdidas en el comercio exterior, debidas a la inestabilidad política internacional. Y lo que sin duda se ha disparado es el gasto público, con los riesgos futuros que conlleva este desequilibrio.

Urge que el Gobierno diseñe una política adecuada para anticiparse a los efectos nocivos de la desaceleración, para que los inversores y empresarios tengan un adecuado clima de confianza, sobre todo en la industria, sector en el que se percibe un peor comportamiento. Por desgracia, los Presupuestos de Sánchez no van en esta dirección, sino que generan recelo e incertidumbre en los actores económicos. Estamos perdiendo un tiempo precioso, debido a las hipotecas derivadas de la moción de censura que llevó a Sánchez a La Moncloa.

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