Madrid - Publicado el - Actualizado
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Coincidiendo con la visita a Irak del Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, el gobierno iraquí ha decidido declarar el día de Navidad como día festivo nacional, no solo para los cristianos sino para todo el país. Irak se convierte así en el primer país de mayoría musulmana que reconoce el nacimiento de Jesucristo como un día festivo con el mismo rango de la festividad del Mulud, que conmemora el nacimiento del profeta Mahoma. Por insólita que parezca, la decisión del gobierno iraquí está en armonía con la enseñanza del Corán que reconoce a Jesús como “el profeta de la bondad”, además de presentar a la Virgen Maria como la mejor de las mujeres, haciendo de ella un ejemplo a seguir por todos los creyentes. La anomalía es que los cristianos sean objeto de persecución, especialmente en Irak, donde han vivido la dura experiencia de la trágica guerra desencadenada por el islamismo radical.
La visita del cardenal Parolin obedece al deseo del Papa de dar aliento y esperanza a la diezmada comunidad cristiana, gratamente sorprendida hoy por la decisión del Gobierno, que ha querido demostrar así su voluntad de proteger a quienes tanto han sufrido en los últimos años. Lo que ahora esperan con ilusión los cristianos que han permanecido en su patria, es que el Papa Francisco haga realidad su viejo deseo de visitar Irak, como ha recordado el obispo auxiliar de Bagdad, monseñor Warduni, tras denunciar la voluntad de las minorías violentas de vaciar de cristianos el Cercano Oriente. Aunque todavía queda mucho por hacer para alcanzar la paz plena a la que aspiran todos los ciudadanos iraquíes, lo mismo que en Siria, el paso dado por el Gobierno es significativo para normalizar la convivencia.