J.L. RESTÁN | LÍNEA EDITORIAL

Las condiciones del diálogo

Línea Editorial de la Cadena COPE

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Pase lo que pase el 1 de Octubre en Cataluña, y con el deseo de respetar la legalidad y evitar “situaciones irreversibles”, como ayer pedía la Comisión Permanente de los obispos, lo que más preocupa es lo que ocurrirá a partir del día siguiente. En este contexto se está abriendo paso la necesidad de resolver el conflicto suscitado por la Generalitat mediante el diálogo. El gran problema es en qué términos debiera entablarse este diálogo cuando casi todos los puentes parecen hoy volados por la intransigencia de los independentistas. Todo se centra en una premisa básica: el respeto a la legalidad vigente como vía necesaria para emprender una hipotética reforma consensuada de la Constitución.

El PSOE, principal partido de la oposición, es partidario de una reforma que implique la institución de un Estado federal con la inútil pretensión de que los secesionistas se encuentren más cómodos dentro de España. A su vez, Podemos quiere celebrar un referéndum a toda costa, mientras el Partido Popular y Ciudadanos están por el mantenimiento del orden constitucional basado en la unidad de España. En estas condiciones, el diálogo solo sería posible si la Generalitat admitiese o bien la tramitación de sus aspiraciones separatistas por la vía que señala la propia Constitución, o esperar a que se alcanzara un consenso para reformarla.

A la hora de plantear cualquier diálogo es imprescindible establecer su cauce y sus objetivos. Claro que es posible plantear una reforma de la Constitución para mejorar el texto actual, pero debería alcanzar el máximo consenso posible, una tarea de titanes que exigiría un referéndum nacional para ser aprobada. Todo esto es posible, pero por la vía reglamentaria y sin algaradas.

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