No son presos políticos

El independentismo ha puesto toda la carne en el asador para construir un relato a su medida ante la encarcelación de los líderes de la ANC, Jordi Sánchez, y de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart. Desde el presidente Puigdemont hasta la última terminal de Podemos, que siempre se suma con gusto al río revuelto, han repetido el mantra de que se trata de presos políticos. Particularmente vergonzosos han sido, en este sentido, los vídeos difundidos por los propios encarcelados antes de ir a prisión y los de las plataformas civiles que dirigen. Jordi Sánchez y Jordi Cuixart son dos activistas políticos a los que una juez ha mandado a prisión, porque existen serios indicios de que han incurrido en un delito de sedición. Conviene leer con detenimiento los fundamentos jurídicos del auto, en lugar de repetir sin criterio eslóganes simplones sacados de cualquier red social, sin más objetivo que hacer el caldo gordo a la propaganda secesionista.

Mientras los independentistas siguen instalados en una suerte de realidad paralela, la comunidad internacional respalda la legalidad y la autoridad del Gobierno en España, y el Tribunal Constitucional anula por unanimidad la Ley del Referéndum aprobada por el Parlamento Catalán. Entre tanto el éxodo empresarial no se detiene. Cada vez es más nítida la diferencia entre la verdad de los hechos y el relato fantasmagórico que dibuja a España como potencia opresora. Sánchez y Cuixart responden ante la ley como lo haría cualquier ciudadano, ni más ni menos.