Cuba, ¿hasta cuándo?
Ya puedes escuchar la Línea Editorial de esta tarde de viernes del 1 de marzo
Madrid - Publicado el - Actualizado
1 min lectura
En este momento los cubanos pasan hambre. El pan escasea y la leche no se sabe dónde puede conseguirse. Los niños de 0 a 14 años podrán comer pan, debidamente racionado. Las mujeres embarazadas y algunos enfermos, también. La leche que está disponible, aunque no sea muy accesible, es la leche en polvo. Ninguna otra está al alcance ni de niños, ancianos, enfermos o mujeres embarazadas. La Cuba castrista y revolucionaria, por primera vez en su historia, ha pedido ayuda al Programa Mundial de Alimentos. Y mientras eso sucede, el Gobierno aumenta el precio de los combustibles.
Los castristas de dentro y de fuera, los que se han enriquecido a costa del pueblo cubano y los que han podido mantener la utopía revolucionaria mientras disfrutaban, y disfrutan, de la riqueza del primer mundo, son culpables de la miseria que azota a los cubanos, de su falta de libertades y de la represión política. Cuba no es pobre a causa del mundo libre y el castrismo nunca fue una utopía ni un ideal. Siempre fue una dictadura totalitaria que ha sabido perpetuarse y que hoy sigue contando con valedores internacionales que sostienen el régimen a costa del hambre de los cubanos. Cuba no importa trigo suficiente y la incapacidad del Gobierno ha malogrado una adecuada producción de leche. Y si algunos ciudadanos pueden consumir ambos productos solo es gracias a la corrupción. En 2023 Naciones Unidas reconoció públicamente que los cubanos pasaban hambre, que la desnutrición comenzaba en el vientre materno, que los niños cubanos no alcanzaban los estándares de estatura y que solo el 24% de los cubanos ingerían las proteínas necesarias. Un año más tarde el hambre arrecia pero nadie mueve un dedo.