Diego Garrocho: "El profesor de Harvard, Arthur Brooks, decía que, a partir de 100.000 dólares, el dinero ya no da la felicidad"

El profesor de Filosofía señala los tres motivos por los que, según los clásicos, se suelen corromper los hombres y mujeres a lo largo de la historia

El filósofo Diego Garrocho durante la sección en La Linterna
00:00

Redacción La Linterna

Publicado el

2 min lectura

¿Qué es lo que corrompe a un hombre o a una mujer? Me gustaría pensar que la corrupción es solo una moda de nuestros días y que es una novedad de nuestra época. Pero a poco que seamos sinceros descubriríamos que la historia de la corrupción se solapa casi a la perfección con la historia de la humanidad. O dicho de otra manera, no existe ningún contexto en el que intervengan las personas que no esté expuesto a cierto grado de corrupción. 

Y por cierto, hay expertos que sostienen que, sin un grado mínimo de corruptela, los sistemas colapsarían. La tratadística clásica ya se ocupó de identificar cuáles son las cosas susceptibles de corromper a una persona. Y a poco que uno se asome a Platón, a Cicerón o, incluso, a autores más tardíos, hay un diagnóstico que es constante. Las personas nos corrompemos, atento, por dinero, por fama o por poder.

Y es evidente que con dinero casi se podrían alcanzar los otros dos objetivos, porque uno puede comprar placeres aparentes y desde luego puede abonar los mecanismos que conducen a la fama con dinero.

Los mismos autores que subrayan esas tres tentaciones, entre los que también se cuenta, por ejemplo, San Agustín, suelen destacar eso sí que existe una suerte de fallo en el intento. Ni el dinero, ni la fama ni el placer nos dan la felicidad verdadera. Y, sin embargo, los hombres y las mujeres seguimos tropezándonos siempre en esa misma piedra. A veces incluso nos destrozamos la vida buscando la felicidad allí, donde no toca.

Estos temas tampoco son un patrimonio exclusivo de la filosofía clásica. De hecho, un pensador contemporáneo como el profesor de Harvard Arthur Brooks insiste en que a partir de un determinado límite el dinero no da felicidad alguna, sino que, como mucho, te resta algunos problemas. Eso sí, a partir de los primeros 100.000 dólares. Todo lo que venga después sería perfectamente inútil, según este autor.

Y por cierto, Brooks lo que dice es que el dinero es útil cuando lo destinas a la familia, a los amigos o cuando lo empleas en causas filantrópicas.

Temas relacionados

Herrera en COPE

Herrera en COPE

Con Carlos Herrera

Lunes a viernes de 06:00h a 13:00h

Programas

Último boletín

17:00H | 6 FEB 2025 | BOLETÍN