Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Congreso de Laicos “Pueblo de Dios en salida”, convocado por la CEE, ha arrancado ya. Es un acontecimiento eclesial de primera magnitud, y es también un evento cívico significativo. Los laicos católicos somos ciudadanos de pleno derecho con la voluntad explícita de contribuir desde nuestra identidad al bien común. El Papa Francisco ha saludado este encuentro con un hermoso mensaje en el que resalta el valor de caminar juntos desde la diversidad de carismas «para enriquecerse y hacer crecer la comunidad en la que uno vive». Reunirse como comunidad cristiana invita a reflexionar desde la perspectiva de la fe y a subrayar que se trata de un pueblo que celebra su fe en la liturgia, que reza en comunidad y que se compromete en el anuncio de la Buena Noticia de Jesucristo.
Esta comunidad necesita ser libre para salir al encuentro de la sociedad en la que vive y ser valiente para dar razón de su esperanza a los hombres y mujeres de esta época. El mundo en el que vivimos necesita gestos y palabras que introduzcan el testimonio de Cristo en las vidas de la gente común, dispuestos a dejarnos interpelar por las heridas, extravíos y rebeldías de este momento.
«No tengan miedo de patear las calles, de entrar en cada rincón de la sociedad, de llegar hasta los límites de la ciudad, de tocar las heridas de nuestra gente… esta es la Iglesia de Dios». Lo ha escrito el Papa y se lo ha dirigido a los católicos españoles. Esperemos que estos días sean fructíferos y alentadores.