Madrid - Publicado el - Actualizado
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Tras las elecciones ya se ha abierto, con su carga de incertidumbre, el debate sobre los pactos necesarios para la gobernación de ayuntamientos y comunidades autónomas. La clave para que se formalicen las eventuales coaliciones la tiene en buena medida Ciudadanos, que pretendía encabezar la oposición al PSOE de Sánchez. La formación naranja no ha obtenido el resultado al que aspiraba pero ha confirmado su condición de “bisagra”, que le permite mirar a izquierda y derecha para hacer valer sus votos. Los portavoces de Ciudadanos reconocen que lo natural sería alcanzar acuerdos con el Partido Popular donde sean posibles, pero esos acuerdos requieren del apoyo suplementario de VOX, un partido con el que los liberales no quieren ni siquiera sentarse a negociar.
Mientras, el PSOE tienta a Ciudadanos, y le advierte de los supuestos peligros de pactar con lo que denominan “extrema derecha”, olvidando que los socialistas no tuvieron empacho alguno de pactar con la extrema izquierda populista en ayuntamientos y comunidades.
La realidad es terca, y la posibilidad de conformar mayorías de centro-derecha requiere contar con el concurso de VOX en numerosos municipios y alguna comunidad autónoma, como ya sucedió en Andalucía. Los partidos implicados deben ser conscientes de su verdadero peso y de la voluntad de sus electores, y deben configurar un programa realista, centrado en la libertad, la cohesión social y la defensa de la Constitución, en el que prime el bien común por encima de los intereses particulares.