Madrid - Publicado el - Actualizado
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A las puertas de unas elecciones clave para el futuro de Europa, el Rey Felipe VI ha pronunciado en el Monasterio de Yuste un discurso sobre el proyecto europeo que merece ser atendido. En el acto de entrega del Premio Carlos V, que concede la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste, el Monarca ha señalado que “necesitamos una Europa más unida, más fuerte, más determinada y, también, más efectiva en la consecución de las ambiciones y expectativas de sus ciudadanos”.
En un momento en que una especie de nihilismo se ha instalado en amplios sectores de la inteligencia europea, y en que los distintos populismos amenazan con romper el proyecto de unidad nacido en la posguerra, conviene recordar, como ha hecho con palabras certeras y poéticas Felipe VI, que debemos seguir “construyendo Europa desde el conocimiento y desde el encuentro; sigamos, como decía el gran Antonio Machado, haciendo, todos juntos, camino al andar”. Precisamente el prestigioso premio europeísta se ha concedido a las Rutas e Itinerarios culturales europeos.
Es tiempo de volver a las fuentes que han conformado los grandes valores distintivos de Europa, como la dignidad de la persona, el valor de la conciencia y de la libertad, la acogida y la solidaridad. Para poder afrontar un futuro siempre incierto, Europa necesita fortalecer sus instituciones, pero más aún renovar su cultura original. Esa cultura es una realidad dinámica que no puede dejar de nutrirse de las fuentes de la filosofía griega, del pensamiento jurídico de Roma y de la gran Tradición cristiana.