Sánchez en su laberinto

Este domingo Pedro Sánchez, de pre-campaña en el País Vasco, insistió en el valor de lo que llama el “diálogo territorial”. Se trata de una expresión que, en realidad, no significa nada concreto. Las palabras del Presidente eran la respuesta tímida a las afirmaciones vertidas por Puigdemont y su gente en la concentración del sábado en Perpignan.

Puigdemont y Ponsatí lanzaron el sábado un órdago a la mesa bilateral que Sánchez ha puesto en marcha para atender a las demandas de ERC y dar estabilidad a la legislatura. En Perpignan se escucharon llamadas a una batalla definitiva y a no aceptar más fórmula que la independencia. El gesto de fuerza y los mensajes de Puigdemont hay que entenderlos dentro la lucha que libran ERC y JxCAT ante la cercanía de las elecciones catalanas.

Sánchez ha hecho concesiones escénicas a ERC y es previsible que esas concesiones aumenten. El Gobierno ha celebrado una reunión con estética de cumbre bilateral entre dos países, ha renunciado a mencionar la Constitución y habla ya de conflicto político. Es previsible que, tras la promoción de Dolores Delgado a fiscal general del Estado, intente interferir en los procesos judiciales contra el secesionismo. La anunciada reforma del Código Penal está claramente encaminada a beneficiar a los condenados. Pero seguramente el Gobierno no puede ir más allá. Quizás ERC podría aceptar esas concesiones para aparcar, de momento, el proceso de secesión. Pero Puigdemont quiere dinamitar cualquier acuerdo y deja a Sánchez en el laberinto de unos independentistas enfrentados.