La música que les gusta a nuestros perros: los diez temas con más "guaus"

A nuestros perros les molestan y mucho los ruidos, por esa razón, su música favorita no es la más estruendosa

La música clásica tranquiliza a nuestras mascotas, es su preferida

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La música aporta al hombre múltiples beneficios. Nos calma, nos motiva, resucita en nuestra mente momentos felices vividos tiempos atrás, nos hace bailar o relajarnos. Puede ayudarnos en un momento de ansiedad, de furia y a veces, cerramos los ojos, y nos lleva a aquel lugar al que pertenecemos.

Hay numerosos estudios científicos que demuestran que la música es una estrategia de neurorrehabilitación. Y si tanto nos sirve a los humanos, el impacto en nuestras mascotas, sobre todo en nuestros perros, es incluso mayor.

'Through A Dog's Ear' que traducido textualmente sería "A través de la oreja de un perro" es el resultado de la investigación de la doctora Deborah Wells de la Universidad Queen's de Belfast en colaboración con la pianista Lisa Spector y el productor musical Joshua Leeds. Consiste en un CD con piezas de Mozart, Debussy y Haydn interpretadas por la pianista Lisa Spector.

Esta música es, sobre todo, para nuestros perros más nerviosos, con más ansiedad - que haberlos, haylos-, o hiperactivos. Los estudios se han desarrollado en refugios caninos. El objetivo era "encontrar formas de mejorar el bienestar de los perros en los refugios. Estos pueden ser muy ruidosos y tener un efecto negativo. Con esto en mente, examinamos los efectos de diferentes tipos de música en el comportamiento de los animales y descubrimos que la música clásica tenía el mejor efecto en su bienestar. Luego observamos a otros animales y descubrimos que la música clásica tiene el mismo efecto con gatos, gorilas y elefantes. Llegamos a la conclusión de que había algo fundamentalmente enriquecedor en la música clásica. No era específico de una especie" explica la doctora Wells.

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Música que les relaja, que les traquiliza, incluso, en momentos tan estresantes para ellos como en las épocas del año en las que se tiran petardos en las calles como ocurre en Navidad o cuando se celebran fiestas locales o patronales en las que hay fuegos artificiales y muchos ruidos fuertes.

Jazz, rock sinfónico o reggae, pero nunca heavy metal

Los perros tienen oído fino. Es junto al olfato, sus dos sentidos más desarrollados. Son capaces de oír sonidos desde distancias cuatro veces más lejanas que los que podemos escuchar los humanos y oyen frecuencias que nuestro oído no percibe. Quizá por ello el Heavy Metal les estresa y les crea más ansiedad. La psicóloga Lori Kogan de la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas de la Universidad de Colorado puso distintos tipos de música en un refugio durante cuatro meses. Tras analizar las consecuencias Kogan recomienda que "a los perros no se les debe tocar música heavy metal debido al impacto perjudicial que puede tener sobre sus niveles de estrés y ansiedad. En cambio, sugiere que en los refugios reproduzcan música clásica".

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Pero no todos los perros son iguales, puede que a ninguno les guste el heavy metal por ser una música que desprende demasiados decibelios; a lo mejor a otros la música clásica, les resulta aburrida..., por ello hay quien asegura que sus perros cantan cuando escuchan jazz o una balada de rock suave, rock sinfónico y alguna canción reggae.

¿Cómo hay que poner la música a nuestras mascotas?

Depende si ya es un adulto o es un cachorrazo. También, si en ese momento está muy inquieto, nervioso, asustado... El método nos sirve no solo para nuestros perros también nos va a ser muy útil si tenemos gato.

Lo primero es dejar que se acueste en su lugar favorito. Cuando ya esté tranquilo, podemos poner en marcha la música. No hace falta que esté muy alta porque no podemos olvidar que ellos tienen un sentido del oído mucho más desarrollado y perciben la intensidad del audio a un nivel mayor que nosotros. Es mejor dejarla un pelín bajita antes que alta.

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Los psicólogos caninos recomiendan paciencia porque al igual que les hemos enseñado a hacer otras cosas, esta actividad también requiere su tiempo (15 minutos al día podrían bastar para convertir en melómano a nuestra mascota).

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