El diplomático español que pudo acabar con 40 años de rechazo de México al gobierno de Franco

Solo la transición española posibilitaría el restablecimiento de la normalidad en las relaciones hispano-mexicanas tras un largo periodo de excepcionalidad por la dictadura

El diplomático español que pudo acabar con 40 años de rechazo de México al gobierno de Franco

Fernando J. Romero

Publicado el - Actualizado

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La Guerra Civil Española fue la antesala de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, Franco anunció el final de la guerra y la victoria del bando Nacional el 1 de abril de 1939 y sólo cinco meses después, el 1 de septiembre, Hitler ordenaba invadir Polonia, lo que provocó que 48 horas más tarde Francia y Reino Unido le declararan la guerra a Alemania, dando así inicio al conflicto bélico mundial.

Pero desde mucho antes, las tensiones en Europa provocadas por el auge del partido nacionalsocialista alemán habían provocado que la Guerra Civil Española viviese unas circunstancias muy especiales. Una de las más llamativas fue cómo las democracias occidentales acordaron en el seno de la Sociedad de Naciones, germen de lo que luego fue la ONU, el denominado Paco de No Intervención, por el cual dichas naciones declinaban decantarse por apoyar a uno u otro bando.

Este pacto fue impulsado por Gran Breña y Francia, pero hubo un país, México, que se negó a suscribirlo. Tal es así, que apoyó abiertamente al bando republicano, no sólo desde el punto de vista diplomático, sino también con envío de armas, entre otras cosas. Además, tras la victoria del bando franquista, el gobierno mexicano tardó más de tres décadas en reconocer al gobierno de Francisco Franco, un periodo en el que anuló cualquier relación diplomática con nuestro país.

El presidente mexicano en aquel momento, Lázaro Cárdenas, se posicionó claramente del lado de la República, pues reconocía su legitimidad, y entendía que, aunque no lo habían hecho oficialmente, la Italia fascista de Mussolini y la Alemania Nazi de Hitler estaban ayudando a los militares golpistas.

Desde ese momento, México protagonizó varios desplantes a Franco. Quizás el primero de ellos fue la protección que otorgó Luis I. Rodríguez, embajador de México en Francia, al que fuera presidente de la República española, Manuel Azaña, quien había huido a Francia. Éste murió el 3 de noviembre de 1940 en una habitación del Hotel du Midi de Mountaban, la cual, era considerada como territorio mexicano al haber sido alquilada por la embajada de este país.

A esto hay que sumar que miles de republicanos españoles perseguidos por el Gobierno de Franco fueron acogidos en el país azteca, el cual no tenía ningún reparo en cuestionarlo en los foros internaciones a los que acudía.

Transcurridos los primeros años de la dictadura, México se mantenía en sus trece y no quería saber nada de Franco, sin embargo sí comenzó a entablar relaciones comerciales con la España franquista, bajo la presidencia de Miguel Alemán. Curioso. Estas relaciones parecieron incluso posibilitar un acercamiento ante ambos gobiernos y, por lo tanto, el restablecimiento de los vínculos diplomáticos, pero en 1950 ocurrió un hecho que acabó por truncar esta posibilidad y enfrió por completo las relaciones entre ambos países durante décadas.

El diplomático español que pudo acabar con 40 años de rechazo de México al gobierno de Franco

Fue el asesinato de José Gallostra, un diplomático con experiencia, al que el gobierno de Franco otorgó la categoría de ministro plenipotenciario de segunda clase, y que en 1948 llegó a México, como enviado oficioso del gobierno de España.

Franco buscaba a toda costa el reconocimiento de México, pues su gobierno comenzaba también a ser reconocido como un aliado de Estados Unidos, en el contexto de su enfrentamiento con la URSS. Así, encargó a Gallostra dos misiones, de un lado, ampliar las relaciones comerciales entre ambos países y, de otros, establecer vínculos diplomáticos con el gobierno mexicano.

Miguel Alemán acarició también la idea de restablecer las relaciones con España, pero varios expresidentes mexicanos, entre ellos Lázaro Cárdenas, que fue quien rompió las relaciones con Franco, así como muchos refugiados españoles, que tenían una gran influencia en el país, hicieron todo lo posible para que el dictador español no consiguiera su objetivo.

Gallostra fue asesinado el 20 de febrero de 1950 en Ciudad de México por el anarquista Gabriel Salvador Fleitas Rouco. Su asesinato congeló definitivamente las intenciones de España de recuperar las relaciones con México, desatando todo un escándalo con acusaciones de complot comunista de por medio.

El diplomático español que pudo acabar con 40 años de rechazo de México al gobierno de Franco

Sólo el proceso de transición en España hacia la democracia pondría fin a este prolongado periodo de excepcionalidad en las relaciones hispano-mexicanas y permitiría el inicio de una nueva etapa marcada por el acercamiento entre ambos países.

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