Las preocupantes cifras de consumo de alcohol en España: los litros por persona al año, por encima de la media

A pesar de que su venta está prohibida a menores, el consumo comienza a los 14 años

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Sefi García explica las cifras de consumo de alcohol en España

Sefi García

Publicado el - Actualizado

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España es el tercer país del mundo en consumo de alcohol con una media de 11 litros por persona al año, mientras que la media mundial se sitúa en 8,6. A pesar de que su venta está prohibida a menores, el consumo comienza a los 14 años. Un 6% de la población padece un trastorno por alcohol. Los médicos internistas advierten: incluso el consumo de pequeñas cantidades de alcohol puede provocar la degeneración grasa del hígado.

La cirrosis es la fase más avanzada de la enfermedad hepática, una patología probablemente infradiagnosticada, cuyas cifras de prevalencia en España se situarían entre el 1 y 2% de la población general, Según datos de la Sociedad Española de medicina Interna. Parece que la prevalencia esté aumentando y la cirrosis provocó un número de fallecimientos en el año 2022 de aproximadamente 3.270 hombres y alrededor de 1.175 mujeres en España. Las personas afectadas por la enfermedad hepática asociada al consumo de alcohol a menudo consultan al médico entre 10 y 15 años después de su inicio, cuando tienen algún tipo de descompensación y cuando ya está muy avanzada.

Pero, con ser la más visual, la más prevalente, no es la única enfermedad que tiene detrás el consumo de alcohol. La SEMI calcula que hay 200 entre las que influye y las que provoca.

Agustín empezó a beber cuando tenía 14 años, para superar su timidez en sus encuentros sociales. “Tuve una perforación de estómago muy seria. Luego, a partir de ahí me dio un infarto. La depresión que me provocó el consumo me dejó ansiedad…”. El alcohol se encuentra detrás de más de 200 enfermedades.

“Provoca una afectación sistémica", asegura a Cope.es el doctor Ignacio Novo Veleiro, responsable del grupo de alcohol en la Sociedad Española de Medicina Interna- Cualquier órgano del cuerpo se puede ver afectado por el consumo de alcohol o perjudicado por el mismo. Los órganos más frecuentemente afectados son el hígado, porque es el encargado de metabolizar el alcohol, pero el tubo digestivo sufre muchísimo daño, sobre todo el estómago, el páncreas incluso la boca, el cerebro sufre muchísimo existe neuroinflamación, neurotoxicidad que puede afectar incluso al deterioro cognitivo, en los músculos, e incluso tiene relación con la ostopenia y la osteoporosis, con daño en los huesos a muchos niveles que a lo mejor a la gente no le suena tanto”.

No hay riesgo cero

Hay personas con predisposición genética. El grupo de alcohol de la sociedad española de medicina interna, está realizando estudios que demuestran que nuestro ADN puede determinar mayor predisposición sobre todo a padecer problemas hepáticos relacionados con un consumo moderado del alcohol”incluso el desarrollo de mayor dependencia por alteraciones a nivel cerebral o la posibilidad de padecer mayor daño cerebral directo-asegura el doctor Novo- También sucede con otras enfermedades que están menos estudiadas a nivel de páncreas, de tubo digestivo… Cualquier órgano puede dañarse más o menos por un componente genético. Esto no quiere decir que haya gente resistente al daño por alcohol. También hay variantes genéticas que influyen en cómo se metaboliza el alcohol, en el efecto de la intoxicación en sí, puede ser distinta en unas personas o en otra”.

No hay nadie libre de cierto riesgo. Los últimos estudios dejan claro un hecho que no era evidente hasta hace poco que es que “cualquier cantidad puede conllevar cierto riesgo para la salud para cualquier persona-insiste el especialista en medicina interna- Son estudios hechos a gran escala y no deja dudas: la gente que consume alcohol tiene mayor riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer. Nadie está libre de esto. Obviamente cuanto más tiempo y más cantidad se consuma, mayor riesgo y a esto le sumamos la predisposición genética que no pueda tener. Pero el riesgo cero no existe: esa es la realidad que tenemos hoy en día”.

La aceptación social está ahí, “es casi ancestral en algunos países, arraigada en rituales, en el día a día, celebraciones… no se trata de perseguir a nadie por esto. Solo queremos que sepan que no es inocuo, como lo hacemos con los productos ultrapocesados, con el alcohol para lo mismo”.

¿Dónde pongo el límite?

Cada uno debe consciente sus circunstancias personales y una persona que tenga problemas de salud debe ser más precavido con cualquier cosa que pueda agravarlo. Si uno es diabético tiene que tener cuidado con el azúcar que consume, si es hipertenso, con la sal, y si tenía síndrome metabólico, con el alcohol. Más allá de eso, el consenso internacional, y en concreto las recomendaciones en España del Plan nacional sobre Drogas es que una consumición al día en las mujeres y dos en los hombres “se considera consumo de bajo riesgo, no riesgo cero ¡ojo bajo riesgo, a partir de ahí entramos en riesgo aumentado. Es tolerable pero no recomendable”. En consumo de atracones que puede ser el caso de estas fiestas, el punto de mayor riesgo es a partir de las seis unidades “cada unidad equivale a una caña, media copa de vino o un chupito, esa es la medida estándar en España”. Y aunque parezca una obviedad, no se puede consumir ese alcohol todo junto en un día, es decir, si te privas durante toda la semana, es peligroso sumar las dosis de bajo riesgo el sábado por la noche, por ejemplo. “Por encima de seis unidades provoca un mayor riesgo, porque la reacción inflamatoria que produce un consumo de este tipo en el organismo es mucho más alta, más allá de la intoxicación etílica, y esa reacción inflamatoria se prolonga en el tiempo y provoca daño agudo en el hígado, en el corazón… existen patologías agudas, arritmias agudas por ejemplo, que se producen tras consumir grandes cantidades de alcohol”.

Recuerda el doctor que hace un par de años en Salamanca, se hizo un estudio entre los universitarios que celebran la fiesta adelantada de Fin de Año, una celebración muy arraigada en la ciudad. “Se hizo un análisis de chavales jóvenes que acudían a urgencias con intoxicación etílica y se comprobó que en un porcentaje relativamente alto, más del 20%, aparecía inflamación aguda en el hígado, en chavales jovencísimos que se puede consideran que pueden aguantar cualquier cosa, pues no, pues ya estaba padeciendo daño agudo en u órgano fundamental del cuerpo”.

La Sociedad española de Medicina Interna nos cuenta que estas cifras de consumo con riesgo bajo están en revisión y es muy posible que estas recomendaciones sean más restrictivas en un futuro. En personas con obesidad -incluso solo con sobrepeso- el consumo ligero de alcohol puede ser perjudicial y conducir al desarrollo de hígado graso y eventualmente de cirrosis.

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