¿Realmente leen tanto nuestro adolescentes?
Según el último barómetro de lectura, el tramo de edad entre los 15 y los 24 años es donde se encuentran el mayor número de lectores en nuestro país: más de 75%
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El perfil lector en España sigue respondiendo a una mujer joven con estudios universitarios y que vive en una zona urbana, según el último barómetro de la lectura, que registra un crecimiento entre los lectores ocasionales. Pero el dato más rompedor es el de la población entre los 15 y los 24 años, señalados como poco consumidores de libros: 3 de cada 4 (más del 75%) leen en nuestro país. Los datos desmiente el mito de que los adolescentes no disfrutan con los libros.
Si comparamos el nivel de lectura de los adolescentes en el año 2017 y el último dato, ha subido casi cinco puntos: hemos pasado del 70,7% al 75,3%, 10 puntos por encima de la media española. La caída viene en el siguiente tramo de edad, entre los 25 y los 63: el nivel baja al 64,5%.
La directora del Máster de Escritura creativa de la Universidad Internacional de La Rioja, Anna Cacciola, ratifica la certeza del dato. “Los jóvenes leen-asegura- y lo hacen con una pasión que desafía los estereotipos. El hábito lector en los jóvenes ha evolucionado mucho en los últimos años, adaptándose a nuevas tendencias y formatos”.
Encontramos a José Luis, un joven de 19 años que lee, nos dice, menos de lo que le gustaría, por sus obligaciones académicas. “Lo hago en verano, sobre todo, libros que me recomiendan mis amigos o en las redes sociales, sobre todo novela, también mucho en inglés, para mejorar el dominio del idoma”. En cuanto a los subgéneros “acción y fantasía”.
¿DE DONDE PARTE EL FALSO MITO?
Se está recuperando la costumbre de leer y sobre todo en los adolescentes, pero hubo un momento negro. Cacciola explica que “es cierto que hemos pasado una temporada bastante descorazonadora, y los datos arrojados también por el nivel de comprensión lectora entre adolescentes no ha sido bueno. Esto ha influido parcialmente en esa percepción que se puede tener de los estudiantes”. El dato, nos dice la experta, es alentador.
¿QUÉ LEEN?
La inclinación de los adolescentes va hacia géneros que combinan el entretenimiento con la exploración de sus inquietudes y emociones. “Los subgéneros más populares son el “Young Adult”-apunta la profesora de UNIR- uno de los más consumidos por los jóvenes que aborda temas como la identidad, la amistad, el amor, los conflictos familiares, aspectos con los que se sienten identificados.
Ha crecido el interés por la ciencia ficción y sobre todo por las novelas distópicas en los últimos años, que presentan escenarios futuristas, relacionados con las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, que generan una reflexión bastante profunda sobre la sociedad actual, y el último subgénero que desata furor es el manga y el cómic. La venta de manga ha aumentado muchísimo por su característico formato visual, la inmediatez de las historias, su conexión con otras formas de entretenimiento como el anime, han hecho del manga, del cómic, una puerta de entrada a la literatura para los jóvenes”.
ESTRATEGIAS EDITORIALES
Tal es el boom que las editoriales tienen estrategia de marketing que se adaptan a las nuevas tendencias. “Al aumentar el numero de publicaciones dirigidas al público juvenil-nos cuenta la directora del Master de Escritura creativa- han ampliado también las colecciones especializadas dentro de los sellos generalistas y también han proliferado editoriales dedicadas a este sector de la población. Si hace 30 años entrabamos en una librería no había tantos libros dedicados al público juvenil como encontramos ahora”.
¿POR QUÉ HAN RECUPERADO EL HABITO DE LEER?
Las propuestas para fomentar la lectura en los institutos han cambiado. Ahora no solo el profesor de literatura se implica, todo el claustro trabaja para consolidar el hábito. Han cambiado las prioridades y también el catálogo de libros que recomiendan a los adolescentes, “ya no se leen solo clásicos-indica Cacciola-, se ha ampliado mucho en las propias escuelas el abanico de lecturas para los estudiantes para que se adecuen a sus preferencias”.
Elisa Santafé es profesora de ESO y Bachillerato en un instituto de Parla. Las lecturas obligatorias para los alumnos combinan efectivamente géneros y subgéneros. “La literatura juvenil está muy presente en los cursos de secundaria, en los planes lectores de cada curso en los que a criterio del profesor se lee uno, dos o más libros en cada trimestre y allí encontramos infinidad de autores como el prolífico Jordi Serra i Fabra, Rosa Huertas, Nando López, Karen Santos... y, junto a ellos, clásicos adaptados y clásicos juveniles como por ejemplo uno que no debería faltar a mi parecer: 'El diario de Anna Frank'”.
La profesora Santafé coincide en que la literatura juvenil ofrece historias y lenguajes adaptados a los adolescentes, pero el esfuerzo de los docentes va más allá: promueven la visitas de los autores a los centros educativos. Esta misma semana al instituto donde Ana da clases estuvo Marisol Martín de Zárate “que nos contó como había elaborado su obra 'la Fabuladora', y la verdad es que eso engancha muchísimo a los chicos y chicas, porque los autores cuentas sus experiencias, cómo se han inspirado, en viajes, en su familia, en vivencias suyas..., les piden autógrafos, se hacen fotos y la verdad es que es una manera buenísima de acercar y motivas a los adolescentes a la lectura”.
La pandemia, los confinamientos también han hecho su trabajo en favor de la lectura. “Se produjo una auténtica hambre de narrativa-asegura Anna Cacciola- narrativa desde el punto de vista audiovisual, estábamos todos buscando series, y también con el regreso a la lectura, al papel o al ebook. Uno de los aspectos positivos que ha traído la pandemia es un regreso del hábito lector, una vuelta a la ficción narrativa”.