SALAMANCA
Diego Urdiales, pese al viento, corta la única oreja en La Glorieta
Diego Urdiales ha cortado esta tarde la única oreja del tercer festejo de la Feria de la Virgen de la Vega de Salamanca.
Madrid - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Diego Urdiales, que al igual que Aguado debutaba en la Feria de Salamanca, construyó una buena faena al toro que abrió plaza, al que fue haciendo poco a poco para acabar dándole fiesta por naturales en una faena de menos a más, con el mérito añadido de tener que bregar también con el incómodo viento. El público le premió con una oreja que paseó a la vez que la lluvia hacía su aparición.
Su segundo, que cobró una voltereta a la salida del caballo, fue un toro que se quedaba muy corto y apenas ofreció opciones de lucimiento, lo cual se tradujo en una faena de querer y no poder. Una buena estocada fue suficiente para que el toro doblara, saludando después el riojano desde el tercio.
Ginés Marín, que brindó al público la lidia de su primero, ejecutó una faena de muleta también de más voluntad que lucimiento a un toro que se paró enseguida y truncó las posibilidades de triunfo del joven espada. Mal con los aceros, acabó siendo silenciado.
Con el que salió en quinto lugar, el jerezano hizo una faena de pases sueltos, sin unidad ni ligazón, ante otro toro que apenas se prestó. Remató por manoletinas su actuación antes de atascarse de mala manera con la tizona, escuchando un aviso y los pitos del público.
El tercero de la tarde adoleció de poca fortaleza y escasa raza, pero fue suficiente para que Pablo Aguado le sacara lo poquito que tenía en tandas cortas con la muleta, siempre a media altura pero con la expresión de su aromático toreo. Fue premiado con una ovación por parte del público que el sevillano saludó desde el tercio.
En el que cerró plaza, aplomado y sin recorrido alguno, Aguado lo intentó en vano. Media estocada tendida y atravesada con cuatro descabellos, y silencio para él.
Salamanca, viernes 13 de septiembre de 2019. 3ª de Feria. Tres cuartos.
Toros de
, bien presentados, blandos y descastados. La excepción fue el primero, que fue ovacionado en el arrastre.
Diego Urdiales, oreja y ovación.
Ginés Marín, silencio y pitos tras aviso.
Pablo Aguado, ovación y silencio.