1ª FERIA DE OLIVENZA

Domínguez y Olivera en su debut, a oreja por coleta en la apertura de Olivenza

La novillada inaugural de la Feria de Olivenza dejó las orejas cortadas por los novilleros Carlos Domínguez y Eric Olivera.

Eric Olivera con la oreja cortada en el novillo de su debut con picadores en Olivenza

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Según se llegaba a Olivenza se barruntaba que el viento iba a ser el molesto invitado en la novillada inaugural de la Feria del Toro. Dos años y una pandemia después volvían los toros a su fecha habitual en esta preciosa localidad pacense.

Y para esta vuelta, una apuesta por el producto local. Tanto en el ganado como en los de luces. Seis novillos de distintos hierros extremeños y tres novilleros de la tierra que pusieron en liza conceptos distintos con desiguales resultados.

Abrió plaza un cuajado ejemplar de Juan Albarrán que flojeó de salida. Lo sustuvo el buen trato del capote de un Carlos Domínguez que volvía al ruedo de su debut con los del castoreño tres años después. El quite por chicuelinas tuvo más vistosidad que ajuste. Los paisanos se lo perdonaron. Más cerca se lo pasó en un inicio por estatuarios. Los que firmó por el lado zurdo rozaron la banda de la taleguilla. Repitió el novillo, a su aire, sin entrega. El incómodo Eolo dificultaba en mando en la embestida. Más cerrado en tablas, buscando el refugio de los adentros, Domínguez fue encontrando el pulso a los viajes del de Albarrán. Algún natural brotó largo entre las dos rayas. Apuró demasiado al utrero y, tras un final por bernadinas, pinchó en dos ocasiones antes de agarrar una estocada casi entera caída y atravesada.

El cuarto lució el hierro de José Luis Marca y cantó su nobleza y clase desde que asomó por chiqueros. Aquí se vio a un Carlos Domínguez más pausado y redondo. Aprovechó las cualidades de su ejemplar para ir desgranando tandas asentadas y templadas por ambos pitones, aunque todo fluyó más a derechas. Después quiso buscar un absurdo indulto tan de moda últimamente. Por andar mareando la perdiz llegó a ser volteado de forma espectacular, volando por los aires a una altura considerable. Pinchó y sonaron dos avisos antes de que el animal cayese tras media estocada. La oreja tuvo sabor local.

A Manuel Perera se le frenó en la portagayola el de Carriquiri. Un milagro que no hiciese presa con el novillero indefenso tumbado sobre el albero. Después lo recogió con las dos rodillas en tierra en el tercio en un saludo muy jaleado. De hinojos comenzó el pacense la faena. Una tanda por cada pitón. El ´núñez’ tenía movilidad, pero salía siempre desentendido de la muleta. Con la cara muy por encima del palillo. Se la jugó Perera tragando las dudas del novillo. En la parte final tiró de efectismos con varios circulares de escasa brillantez por el nulo celo de su oponente. Lo cazó al segundo intento con mérito porque el novillo topaba buscando todo por arriba.

Muy pocas opciones le dio el quinto de Píriz a Perera, que de nuevo se fue hasta la puerta de chiqueros. Tras una primera tanda, el novillo echó el cierre y huyó a tablas sin a penas pasar en la muleta del novillero. La gente pidió que abreviase. El arrimón final no mejoró la nota media, que bajó aún más al errar de nuevo con los aceros. La ovación que saludó nadie se la pidió.

Tuvo más kilos que seriedad por delante el novillo para el debut de Eric Olivera, un nuevo producto de esa gran cantera de toreros que es la Escuela Taurina de Badajoz. Tuvo mando y precisión con el capote a la hora de ordenar la descompuesta embestida de salida que tuvo el novillo de Vistalegre. Tras el brindis a sus maestros Luis Reina y Cartujano, Olivera puso firmeza ante unos viajes sin entrega del ejemplar del hierro pacense. Tuvo mérito una tanda postrera con el novillo más parado y el joven espada tirando mucho de la embestida. La espada viajó muy trasera y caída, pero no importó para que se pidiese y concediese la oreja al debutante.

El sexto de Juan Albarrán fue el hermano mayor del resto de novillos lidiados. Un torito por cuajo y seriedad por delante. Derribó al caballo. Otro cantar fue lo que tenía dentro. Mansito y buscando tablas, Olivera lo intentó con tesón, robando algún natural meritorio a base de ganarla la acción al novillo. Con el frío calando en los huesos del personal, la faena no terminó de romper. Tumbó al novillo de media estocada en buen sitio.

Olivenza (Badajoz), jueves 3 de marzo de 2022. 1ª de Feria. Algo más de un cuarto de plaza.

Novillos, por este orden, de Juan Albarrán, bien presentado y noble por el izquierdo; Carriquiri, astifino, vareado de carnes y con la cara por las nubes. Vistalegre, manejable por el izquierdo pero a menos. José Luis Marca, de correcta presencia, noble y con clase; Hdos. de Bernardino Píriz, rajado. Luis Albarrán, con cuajo y seriedad y descastado.

Carlos Domínguez, saludos tras aviso y oreja tras dos avisos.

Manuel Perera, saludos y saludos por su cuenta.

Eric Olivera, que debutaba con picadores, oreja y silencio.

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