JAÉN
Emilio de Justo salva con una gran faena la corrida estrella de Jaén
El torero cacereño corta las dos orejas al buen sexto toro de Garcigrande. Morante y Talavante, se van de vacío.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Lo mejor de la función llegó en ese último toro, de Garcigrande, al que Emilio de Justo formó un auténtico lío, primero con el percal, alternando verónicas rodilla en tierra con otras a compás abierto, saliéndose hacía los medios y rematando con una excepcional media en la misma boca de riego.
El torero vio claras las condiciones del toro y se fue rápidamente a brindar al público, para cuajar a continuación un faenón de esos que se recordarán con el tiempo. Qué manera de torear al natural, llevándolo cosido al astado en la muleta, con profundidad y exquisito gusto.
Fueron dos o tres tandas sublimes, encajado de riñones y disfrutando de la gran embestida del de Garcigrande. Los tendidos enloquecieron ante una obra de arte que llegó cuando ya casi nadie lo esperaba. La estocada volcándose sobre el morillo fue letal. Las dos orejas fueron el justo premio a tan valiosa labor, permitiéndole salir a hombros por la puerta grande.
Antes, De Justo se enfrentó a un toro de Pallarés, el tercero, aplaudido de salida y al que el torero de Torrejoncillo (Cáceres) sacó a los medios con torería a la verónica, aunque ya en el caballo el animal mostró sus pocas fuerzas, echando la persiana a las primeras de cambio en la muleta.
No obstante, el diestro anduvo tesonero con él, dándole mucho tiempo entre muletazos, siempre bien colocado y toreando muy despacio para exprimir al máximo a su antagonista, al que robó pasajes de muy buena firma por el lado derecho. Lástima sus reiterados fallos con la tizona, cambiando los trofeos por un aviso y el silencio de los tendidos.
El primero de Morante, de Galache, fue un toro que salió desentendiéndose, quedándose corto en los capotes. Derribó en la primera vara y se vengó después el picador en el segundo encuentro. Esperó el animal en banderillas y apenas se prestó en la muleta, lo que no fue óbice para que el sevillano lo intentara en una faena que no pasó del disparadero.
Al cuarto, de Juan Pedro Domecq, lo cuajó de forma soberbia a la verónica, dejando también para el recuerdo un bonito quite por chicuelinas. Cuando todo parecía propicio para ver al mejor Morante el toro le hizo un feo en el primer muletazo y se acabó todo. A partir de ese momento el torero fue pura desconfianza ante el enfado del respetable.
Talavante se las vio en primer lugar con un toro serio y enclasado de Daniel Ruiz, lo que aprovechó para instrumentar un exquisito toreo a la verónica a pies juntos. Luego hubo momentos también de buen aire sobre todo al natural en una faena que, como el toro, fue a menos. Así y todo le pidieron una oreja, que el palco no atendió.
El quinto fue un toro de Victorino Martín que no se dejó torear con el capote. Tomó una sola vara y luego sacó a relucir una exigente bravura en la muleta y un gran pitón izquierdo, lo que no aprovechó Talavante en una labor ligera y en la que no se le vio nada confiado, mostrándose muy por debajo del "albaserrada", al que recetó varios pinchazos antes de acabar con él.
Jaén, sábado 15 de octubre de 2022. 1ª de Feria. Más de tres cuartos.
Toros, por este orden, de Francisco Galache, de poco juego; Daniel Ruiz, serio, astifino y de buen juego aunque a menos; Pallarés, aplaudido de salida, noble y flojo; Juan Pedro Domecq, deslucido; Victorino Martín, bravo, exigente y con un buen pitón izquierdo, aplaudido en el arrastre; y Garcigrande, bravo y de excelente embestida.
Morante de la Puebla, leves palmas y bronca.
Alejandro Talavante, ovación y leves pitos.
Emilio de Justo, silencio tras aviso y dos orejas.