Juan Ortega borda el toreo el día de la alternativa de Carlos Aranda

Llegó el día tan esperado para muchos aficionados de la provincia de Ciudad Real y sobre todo para el novillero Carlos Aranda, que se doctoraba en un cartel de máxima categoría, en una plaza de toros con mucha historia como es la de Manzanares.

Esta ha sido la sexta alternativa que se ha celebrado en el coso donde cayó herido de muerte el recordado Ignacio Sánchez Mejías, pues anteriormente como recuerdan unos azulejos en el patio de cuadrillas, las tomaron los diestros José Blanco “Blanquito” el 10 de agosto de 1.921, Sergio Díaz el 11 de agosto de 1.961, Gabriel de la Casa el 9 de agosto de 1.967, Juan José el 11 de agosto de 1.968, Emilio Huertas el 20 de julio de 2.013 y esta última de Carlos Aranda, que pasará ya a la historia de la tauromaquia manchega, el 16 de julio de 2.022 teniendo como padrino de alternativa a Morante de la Puebla y de testigo de la ceremonia al trianero Juan Ortega.

Morante de la Puebla esta tarde ha pechado con el lote menos propicio para realizar su toreo. Aún así, en su primero pudo dibujar bellos pasajes con el capote, jugando bien los brazos, con el mentón en el pecho y lanceando muy despacio. Con la muleta el de la Puebla realizó una faena que fue de menos a más, sin llegar a ligar tandas largas, pero dando muletazos de uno en uno de mucha torería. Mató de estocada y recibió una oreja.

Al cuarto Morante lo recibió con una larga en el tercio que demostraba las ganas del torero de triunfar en Manzanares, pero el toro nunca quiso pelea y no se entregó en ningún momento. Con la muleta abrevió el sevillano y escuchó una bronca del respetable. Quizás demasiado castigo para un torero que nada podía hacer con este enemigo y al que antes del paseíllo todo eran alaracas y muestras de cariño.

Juan Ortega esta tarde en Manzanares se ha rencontrado con el triunfo, con su toreo y con las buenas sensaciones que a todos los aficionados nos trasmite el toreo del trianero.

En su primer toro sencillamente “lo bordó”, recibió con el capote al animal ganándole siempre terreno hacia los medios y remató con una media de cartel. Con la muleta Ortega toreó como el que inventó esto. Faena llena de torería, sevillanía, naturalidad, siempre dando el medio pecho, girando la cintura hasta el final, con una profundidad máxima, rematando con auténticos carteles de toros. Que manera de torear con las yemas de los dedos y saliéndose de la cara del toro con una personalidad única. Un pinchazo le privó de los máximos trofeos, pero eso a esas alturas era lo de menos, Manzanares había visto torear hoy a Juan Ortega como seguramente nunca lo ha hecho nadie en esta plaza. Para ser justos hay que decir que este tercer toro de Castillejo de Huebra fue extraordinario.

En el quinto Juan salió enchufado y volvió a formar un lio con el capote. Todavía duran las chicuelinas que dibujó a cámara lenta con una pureza extraordinaria. Con la muleta el trianero toreó con mucha suavidad, sin poder obligar mucho al toro que tenía mejores principios que finales, pues salía siempre de la muleta con la cara alta. Aún así, Juan siguió a lo suyo, como si nada le importara y con el pasodoble “Nerva” que la Banda de Música municipal interpretó magistralmente, como toda la tarde lo hizo, volvió a realizar una faena con muletazos más cortos pero cumbres. Por remates finales de nuevo fueron auténticos carteles de toros. Mató esta vez de una gran estocada y recibió de nuevo dos orejas. Tarde muy importante de Juan Ortega hoy en Manzanares, que se vuelve a rencontrar con su toreo. Destacar también tanto con el capote como con los palos al subalterno Jorge Fuentes.

Carlos Aranda asumía esta tarde un compromiso de doble filo. Por una parte era la tarde más importante en la carrera de un torero, con un cartel de campanillas, vamos, el día soñado, pero por otra parte, todos sabíamos que si le embestía un toro a Morante o a Ortega y lo cuajaban, como así fue al final con Juan, Carlos lo tendría muy difícil. Aun así, el toricantano resolvió la papeleta con dignidad a pesar de que como digo, era una papeleta de doble filo.

Carlos recibió a “Aldeanito” nº 56, un toro bueno de hechuras, perfecto para una alternativa, con un buen recibo con el capote que le sirvió para soltar nervios. Brindó este toro de su alternativa a su padre y a su hermano, siempre a la sombra del torero, que han sido pilares fundamentales en su trayectoria. En el tercio de banderillas resultó cogido de forma espectacular el banderillero Miguelín, afortunadamente sin consecuencias. Con la muleta Carlos se encuentra más cómodo que con el capote y esta tarde volvió a notarse. En este primero el de Daimiel realizó una faena seria con muletazos largos y con gusto, especialmente con la mano izquierda. Destacar los buenos pases de pecho con los que remataba las tandas. El final de faena precioso, por ayudados por alto a dos manos y rematando con mucho sabor por abajo. Mató de un pinchazo hondo que fue suficiente para cortar el primer trofeo como matador de toros.

El el cierraplaza, el único toro que no era del hierro titular, con el capote quedó inédito, pero con la muleta consiguió estar firme ante el toro de más trapío y volumen del encierro, sobre todo con la mano derecha. Mató de estocada casi entera y el público quiso premiar al nuevo matador de toros con dos orejas. En este toro destacar el esfuerzo que hizo con los palos el banderillero Valentín Cuevas por estar a la altura en su despedida del toreo activo.

Al finalizar el festejo, el subalterno ciudadrealeño Valentín Cuevas le cortó la coleta uno de sus hijos, dando por finalizada en esta tarde tan especial para el, una trayectoria profesional muy importante, dentro del mundo del toro.

Manzanares (Ciudad Real), sábado 17 de julio de 2022. Tres cuartos plaza.

Cinco toros de Castillejo de Huebra (tercero como sobrero) y uno de José Manuel Sánchez (sexto), justos de presentación, buenas hechuras y de buen juego en general. Quinto premiado con la vuelta al ruedo. Destacaron también primero, tercero y sexto.

Morante de la Puebla, oreja y bronca.

Juan Ortega, dos orejas y dos orejas.

Carlos Aranda, que tomaba la alternativa, oreja y dos orejas.