2ª FERIA DE SAN ANTOLÍN
Roca Rey y una actitud de primera figura más allá de las orejas
El peruano corta cuatro orejas y se muestra muy por encima de la corrida de Cuvillo. Oreja para Tomás Rufo.
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Ser y estar en figura tarde tras tarde. Con un lote medio en cuanto a prestaciones, Andrés Roca Rey se inventó este jueves una puerta grande en Palencia en la goyesca que sirvió de homenaje al torero local Félix López “El Regio”. Más allá del marcador numérico de trofeos, supo dar al público lo que esperaba de él y se echó la tarde a sus espaldas.
El peruano salió a por todas desde el principio en el primero de su lote. Resuelto en el saludo capotero, comprometido en un quite por saltilleras y después, poniendo al coso de los Campos Góticos boca abajo en un inicio de faena con las dos rodillas en tierra. Hubo profundidad y templanza en este toreo de hinojos. Después, el toro aguantó como pudo la fuerte apuesta de Andrés, que siempre intentó ligar los muletazos por abajo. Cuando la faena parecía entrar en un pequeño bache por el desfondamiento del toro de Cuvillo, supo relanzar el trasteo volviéndose a poner de rodillas. Un contundente espadazo parecía que iba a ser suficiente pero pese a tardar en caer, lo que cayeron después fueron las dos orejas.
Con el simplón quinto salió a flote la conciencia de figura de Roca Rey, que con una actitud irreprochable sacó agua de un fondo totalmente seco de casta. Lo exprimió hasta la última gota y lo tumbó de un perfecto volapié, que elevó de nuevo el marcador hasta las dos orejas.
Abrió plaza un toro de bastas hechuras que embistió tal cual a su conformación , sin entrega ni clase. Manzanares estuvo animoso y más comprometido de mitad de faena en adelante, apretando más por abajo al de Cuvillo, que pasaba sin terminar de humillar. Una estocada entera dio paso a una petición de oreja que no llegó a ser mayoritaria.
Peor impresión dejó con el insulso cuarto, un toro al que le costó tomar los engaños aunque cuando lo hacía, lo movía sin maldad alguna. Nunca se confió Manzanares, que acabó siendo pitado antes de tomar la espada.
Tuvo buena condición de salida el primero del lote de Tomas Rufo, un astado con ritmo y buen tranco al que el toledano toreó con encaje y firmeza por ambos pitones en la primera parte del trasteo. Después al de Cuvillo le faltó fondo pese a su buena intención. Dos pinchazos antes de la estocada dejaron el balance final en una ovación que saludó desde el tercio.
La oreja para el toledano llegó en el sexto, un animal muy venido a menos al que Rufo arrancó la oreja a base de pisar los terrenos de cercanías y sacar con sacacorchos algún muletazo de mérito.