ALBACETE

Rubén Pinar se mantiene a flote

El torero de Santiago de Mora obtuvo un total de cuatro orejas en su encerrona que abrió este domingo la Feria de Albacete.

Rubén Pinar en una de sus salidas a hombros en la plaza de toros de Albacete

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

No hubo altas cotas de toreo grande, de ese que pone a todo el mundo de acuerdo por su pureza cargando la suerte, pero Pinar obtuvo su octava puerta grande consecutiva en Albacete (siete en feria y una más si sumamos el festejo de Asprona de este año) lo que no es cuestión baladí. El albaceteño obtuvo trofeos de distinto peso y valía, es de justicia reconocerlo, pero tampoco es menos cierto que Pinar mantiene su cotización tras un festejo que generaba muchas dudas. Exhibió sus armas: no arrugarse, firmeza, pundonor, gallardía, oficio -demasiado, a veces- y el no perder nunca la cara. A su estilo consigue buenos resultados, y el que quiera, que lo compre. Y, de momento, Albacete sigue apostando por él. 

De esta forma, tras sonar el himno nacional y recibir una calurosa ovación del respetable, Pinar se fue a porta gayola con el primero de la tarde, Lagartijo de la ganadería de La Reina. El recibo fue arriesgado, mostrando sus ganas de agradar. El toro derribó al picador y luego un puyazo testimonial, sucediendo después un quite vistoso y el tercio de banderillas donde acudió pronto pero se dolió al final del segundo par. Con la muleta, inició a pies juntos en el centro del ruedo, en pases por alto y de frente por detrás ceñidos. Siguió con dos series templadas a derechas toreando en paralelo y abriendo el compás. Una a izquierdas con similar concepto y otra más larga pero al hilo y despegado. Otra al natural igual. Tiró la ayuda y se ciñó más, cerrando más el compás en los lances. Bernardinas finales, estocada entera y contraria, concediéndose  una oreja con petición de la segunda. Fue un toro noble de título, embestidor y con su punto de transmisión, diríamos que de lo mejor del encierro, y por eso quedó la sensación de que le hizo cosas pero que debió haber más contundencia. 

Después, saltó al ruedo Cumbrenegra de Alcurrucén, astado que pasó con más pena que gloria por varas y banderillas. En la muleta, Pinar toreó en paralelo nuevamente pero no lucía porque la casta brillaba por su ausencia y el de Núñez además se lesionó de la mano derecha. El torero tiró de él todo el tiempo, sonó la música incluso, pero Rubén pidió que se detuviese y se fue a por la tizona, tirándose y quedando la estocada baja y trasera, finalizando con un atinado golpe de descabello el anodino segundo episodio. 

Náutico de Domingo Hernández saltó en tercer lugar y fue recibido con verónicas y chicuelinas por el albaceteño en un inicio sin demasiado reposo que digamos. Lo llevó al caballo por tapatías en una vara donde empujó estando cerca de cumplir. En banderillas no lo puso fácil y puso en aprietos a la cuadrilla y la cosa resultó sin orden ni concierto, con más pasadas en falso y fallos clavando que otra cosa. Se le vio toreando en la pala del pitón inicialmente y ya en las cercanías ante un toro muy parado que no colaboraba, empleando jerga de esa moderna, y descastado y enterándose en terminología añeja. La música no terminó de levantar el ánimo del toro y Pinar sólo pudo porfiar, que no fue poco, e irse a por el estoque, dejando un pinchazo sin soltar y estocada que provocó derrame. 

Colombiano de Victorino Martín recibió lidia antigua sobre los pies, primero en tablas y luego en el centro del ruedo. Empujó con la cara alta sin emplearse. Y en banderillas, tampoco se entregó. ¿Mejoró en la muleta? La verdad es que no en demasía: cada vez acortaba más el viaje y únicamente pudo extraer alguno suelto al natural, aprovechando el viaje en un compendio de embestidas inciertas entre uno y otro, que además fueron de corto recorrido y que incluso provocaron un desarme de la muleta del diestro de Santiago de Mora. Por insistencia no sería, que diría aquel, lástima que sin más resultado que justificarse. Mató de estocada delantera y desprendida, que provocó un gran derrame, y Albacete quiso premiar con una cariñosa oreja, por no decir generosa de más, que le aseguró la puerta grande.

Como quinto, saltó a la arena Alabastro de El Tajo, que también fue recibido a porta gayola y tampoco mejoró los registros vistos en el peto y en banderillas. Ya con la muleta, Inició en tablas con firmeza de pies, y luego en el tercio del tendido 1 enfibrado con la diestra. Con la zurda lo llevó largo pero sin forzar y con varios enganchones finales y toques de muleta que afearon la obra. Un trasteo de aprobado por los pelos (que debió ser más redondo) ante un toro con bastante transmisión y empuje y con un punto de casta. Terminó de rodillas -muy jaleado-, un par de estatuarios y probó fortuna en la suerte al natural, dejando estocada delantera que provocó derrame de nuevo y sumó un nuevo trofeo, el tercero de la tarde, con petición del segundo, y vuelta al ruedo extra de propina. 

Artesano de Daniel Ruiz completó el capítulo ganadero. Empujó sin alma en el peto, con un único pitón, y luego se movió de manera desigual en banderillas. Pinar brindó al público, pero lo mejor no fue para el final. Esfuerzo del manchego y descaste del “daniel”. Conjunto vacío, y fin de encerrona tras susto con voltereta al entrar a matar y dejando estocada atravesada que le hizo obtener otro trofeo para salir a hombros. Por cierto, se escuchaban comentarios sobre la tacañería presidencial de Genoveva Armero a la hora de no conceder segundos trofeos. Recordemos que son potestad de la presidencia y si las faenas no son rotundas, y las estocadas son defectuosas (abundantes derrames) aunque el toro caiga con celeridad, es acertado no conceder ese doble trofeo. Ahora bien, que se mantenga ese criterio toda la feria. 

Albacete, domingo 8 de septiembre de 2019. 1ª de Feria. Más de media plaza.

Toros, por este orden, de La Reina, Alcurrucén, Domingo Hernández, Victorino Martín, El Tajo y Daniel Ruiz. Correctos de presencia con alguna desigualdad. Los mejores, los de La Reina y El Tajo por embestidores con un punto de casta.  Lesionado el de Alcurrucén, sin opciones los de Domingo Hernández y Daniel Ruiz, siendo exigente y sin facilidades el de Victorino Martín. 

Rubén Pinar, en solitario, oreja con petición de la segunda, silencio, ovación con saludos, oreja, oreja con petición de la segunda y otra vuelta al ruedo, y oreja. 

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