#SANISIDROCOPE

Seguirán en el rincón de pensar

Tarde plúmbea con una fea corrida de Fuente Ymbro con la que Morenito de Aranda, Pepe Moral y José Garrido no logran subir su cotización.

Natural de José Garrido al sobrero del Conde de Mayalde

Sixto Naranjo Sanchidrian

Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Ya lo dijo en El Albero Ricardo Gallardo. La segunda corrida prevista para este San Isidro no iba a ser “tan bonita” como la del día del Santo Patrón. No mintió el ganadero. Corrida hecha de retales de aquí y de allá, con toros de variadas y feas hechuras con algún toro, como el primero, cercano a los seis años. Después, la corrida tuvo más movilidad que entrega en el último tercio. Solo el quinto tuvo nobleza de la buena.

La terna apuraba su segundo y último cartucho en la Feria de San Isidro. Tres toreros de la clase media que buscaba escalar algún escalón en el actual escalafón. Cuando pasaban las nueve de la noche, los tres diestros seguían de cara a la pared en el rincón de pensar. Ni oportunidad aprovechada y lo que es peor, ni imagen de querer hacerlo.

Casi se le atragantó la portagayola a Morenito de Aranda con el primero. El de Fuente Ymbro salió remoloneando de chiqueros y solo se arrancó cuando tuco a escasos metros al torero burgalés. El toro, cercano a los seis años, sacó movilidad en el último tercio aunque faltó raza. Morenito dibujó algún muletazo de templado trazo aprovechando las querencias. Otra cuestión fue la ligazón. Más complicada por la tendencia a huir del toro.

Pepe Moral se las vio con un segundo que tuvo cuello y después sacó fijeza en los engaños. Se desplazó con chispa en el inicio de faena, pero el diestro sevillano se espesó en demasía y nunca le cogió el punto a la distancia y la velocidad que demandaba la embestida del toro. Tampoco lo vio claro con la espada.

El tercero fue un ejemplar de Fuente Ymbro que también tuvo su movilidad en todos los tercios. Pero un movimiento falto de entrega cuando llegaba a los engaños. José Garrido firmó una faena basada en la mano derecha en su totalidad. Pero ni el toro rompió para adelante, ni el pacense hizo que la faena  rompiese. 

Muy destartalado de hechuras fue el cuarto, un animal bajo de raza que tuvo cierta nobleza. Morenito se mostró con él demasiado tenso. Toques a destiempo y trallazos a mitad de muletazo. Todo se vivió con desgana desde los tendidos.

El quinto dejó al descubierto las dudas y el momento de Pepe Moral. Sin sitio, sin aprovechar la nobleza y las embestidas del pupilo de Ricardo Gallardo. Triste imagen del torero de Los Palacios. La ovación caminó del desolladero fue para el toro y los pitos para Moral.

El sexto del hierro titular volvió a los chiqueros pasado el tercio de varas por su falta de fuerzas. El sobrero del Conde de Mayalde se dejó un pitón en un tremendo porrazo contra un burladero. Redondo como una pelota el del hierro toledano, que tuvo un comportamiento manso en todos tercios. Garrido, con la bandera blanca de la rendición asomando, no quiso meterse en muchos jaleos con él.

Madrid, viernes 14 de junio de 2019. 32ª de Feria. Más de media plaza.

Toros de 

, bien presentados pero de muy desiguales hechuras y edades. Una auténtica escalera. De mayor movilidad que entrega y raza. El mejor, el noble quinto.

Morenito de Aranda, silencio y silencio tras aviso.

Pepe Moral, silencio y pitos tras aviso.

José Garrido, silencio tras aviso y silencio.

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