CINE ECOLOGISMO
Cyril Dion, director de 'Un nuevo mundo': "Necesitamos un relato muy atractivo del futuro"
Marta Montojo
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Marta Montojo
Lograr mayorías sociales que lleven al poder a personas capaces de transformar la sociedad y atajar la crisis climática y ecológica exige diseminar un relato muy atractivo del futuro, asegura el cineasta francés Cyril Dion, quien lamenta que al abordar el ecologismo "la gente se imagina que el futuro será aburrido y doloroso".
Así lo señala en una entrevista con EFE el autor de la miniserie Un nuevo mundo, reconocido militante del ecologismo francés, cofundador del Movimiento Colibris y guardián de la Convención Ciudadana por el Clima, en la que 150 ciudadanos elegidos por sorteo deliberaron sobre política climática, un ejercicio que se puso en marcha en otros países como Irlanda, Reino Unido o España.
Mañana, el documental que Dion co-dirigió junto a Mélanie Laurent, se estrenó en Francia a finales de 2015, apenas unos días antes de que los países firmaran en la COP21 el Acuerdo de París, y fue, junto a Merci Patron!, uno de los filmes señalados como inspiración del movimiento Nuit debout (Noche en pie), que tuvo lugar en la primavera de 2016.
Pero en estos ocho años el mundo ha cambiado: las renovables se han abaratado e instalado a gran escala y, por ejemplo, han aparecido nuevos movimientos climáticos como Fridays for Future, que impulsó la activista Greta Thunberg en Suecia y se esparció rápidamente por todo el globo, así como Extinction Rebellion, Letzte Generation o Les Soulèvements de la Terre.
También han surgido iniciativas populares de transición ecológica, proyectos que el documentalista Dion explora en su miniserie Un nuevo mundo, que esta semana ha presentado en el Instituto Francés de Madrid en el marco del Another Way Film Festival.
Desde la resistencia en los movimientos sociales hasta la construcción de alternativas en la agricultura, la energía, la economía social, el agua, la biodiversidad, la vivienda, la educación o el sistema de toma de decisiones, Dion muestra a lo largo de tres capítulos, en esencia, lo que se puede hacer y ya se está haciendo frente a la crisis ecológica.
A diferencia de Mañana, que su director define como una suerte de feel good movie (una película amable), el tono de Un nuevo mundo está más orientado a la resistencia y tiene más garra, reconoce, pues desde el 2015 la situación se ha vuelto más oscura".
La miniserie aborda, por ejemplo, el colapsismo", una corriente que ha cogido fuerza y que anticipa un colapso civilizatorio inevitable en el contexto de crisis climática, de extinción masiva de especies y de agotamiento de los recursos de los que depende la sociedad.
Dion argumenta que esta visión ha sido "malentendida" y juzga que no tiene por qué ser contraproducente para la movilización contra el cambio climático pues pensar que la catástrofe puede ocurrir es una forma de evitarla y que además es una forma de enseñar que nuestras sociedades son frágiles.
Cada grado de calentamiento puede traducirse en un 10 % menos de rendimiento en las cosechas, así que si la temperatura continúa aumentando y llega a los dos grados de calentamiento, esto supondría un 20 % de menos producción de alimentos a nivel global, y eso podría ser suficiente para crear un tipo de caos en muchas regiones del planeta, abunda.
Sin embargo, insiste en que el movimiento ecologista tiene que idear una estrategia, que para Dion debería consistir en crear tantas iniciativas como podamos que puedan demostrar que es posible dar con otras formas de organizar a la sociedad y al mismo tiempo tomar poder en las instituciones para impulsar leyes que alienten esas alternativas.
En este sentido, considera que habrá que diseminar "un relato de un futuro muy atractivo" y, "de manera constructiva, enseñar cómo podría ser, cuántos trabajos se podría generar, cómo de significativa sería nuestra vida si nos organizamos así, y apoyarse en ejemplos concretos de lo que ya está funcionando.
Dion valora además que el mundo está casi ante la convergencia de tres elementos: los nuevos relatos que permiten a las personas proyectarse en una sociedad diferente; la correlación de fuerzas entre los estados y la población; y las circunstancias históricas, y alude en este último caso a la urgencia de contener el calentamiento.
El cambio climático está cambiándolo todo porque cuanto peor se pone la cosa más gente hay buscando nuevas formas de vivir y más personas, de alguna manera, se rebelan, recalca, si bien aclara que no ve el potencial "colapso" como una "oportunidad" sino como una fuente de "sufrimiento y destrucción que haría muy difícil que la gente reaccionara de manera positiva".