Beber té, al menos tres veces a la semana, prolonga la esperanza de vida
Si el té es verde, la posibilidad de sufrir una enfermedad coronaria se reduce hasta un 25 por ciento
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Ya lo dice un proverbio chino: "Beber una taza de té al día hará morir de hambre al farmacéutico". Lo que demuestra, una vez más, la sabiduría popular, que la ciencia va ratificando.
Que el té tiene numerosas propiedades beneficiosas para la salud, lo sabíamos. Basta con hacer un repaso a los países con mayor longevidad: Corea del Sur, Hong Kong (China) y Japón. La esperanza de vida en estos tres puntos del planeta se situa por encima de los 83 años. Y los surcoreanos pueden vivir hasta nueve décadas. Las tradiciones de estos pueblos, entre las que encontramos beber té, son parte de su secreto junto a la templanza y el optimismo que -no vamos a negarlo- contribuyen, bastante, a vivir más y mejor.
Un equipo de veinte investigadores de la Academia China de Ciencias Médicas con el epidemiólogo Xinyan Wang a la cabeza acaban de publicar los resultados de uno de sus estudios que concluye que el consumo de té de forma habitual está relacionado con un menor riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular arteriosclerótico y con una menor mortalidad.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte prematura en todo el mundo, responsable de más de 330 millones de años de vida perdidos según podemos en la introdución del estudio que ha sido publicado en la Revista Europea de Cardiología Preventiva (European Journal of Preventive Cardiology).
Tres tazas de té (como mínimo), a la semana
Durante más de siete años, los científicos han trabajado con 100.902 adultos chinos que no tenían antecedentes de infarto, ni habían sufrido ningún incidente cerebrovascular ni habían padecido cáncer. Les dividieron en dos grupos: por un lado, los que bebían té tres o más veces a la semana y un segundo grupo en el que se situaba a los que no bebían o se tomaban menos de tres tazas semanales.
Los bebedores de té habituales debían elegir los tipos de té que se consumían con mayor frecuencia, incluido el té verde, el té negro y otros tipos, mientras que los tés que no son Camellia sinensis no estaban incluidos. También se recopiló información sobre características demográficas, factores de riesgo de estilo de vida y antecedentes médicos familiares y personales a través de cuestionarios estandarizados. El peso corporal y la altura se midieron dos veces solo con ropa ligera sin zapatos. La presión arterial se midió tres veces en posición sentada después de al menos cinco minutos de descanso y les extrajeron muestras de sangre después de ayunar durante al menos 10 horas para evaluar los niveles de glucosa y lípidos en sangre.
Con todos estos datos sobre la mesa, los investigadores observaron que los bebedores habituales de té que tenían 50 años podrían desarrollar una enfermedad coronaria o sufrir un accidente cerebrovascular, pero les ocurriría 1,41 años después que a los que no eran consumidores de esta bebida; además, vivirían 1,26 años más que aquellos que nunca o rara vez bebían té.
Otro de los resultados importantes del estudio refleja que los amantes del té tenían un 20 por ciento menos de riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca o un ictus, un 22 por ciento menos de morir por estas patologías y un 15 por ciento de muerte por todas las causas, en comparación con los que no consumían esta bebida.
El té verde reduce el riesgo de enfermedades cardiacas
Si el consumo de té ya es beneficioso para nuestra salud, si además el tipo de té que consumimos es verde, la posibilidad de que suframos una enfermedad cardiaca o un accidente cerebrovascular se reduce en un 25 por ciento, en el mismo porcentaje se reduce el riesgo de fallecer por estas patologías o de morir por todas las causas. Cifras que no se pueden relacionar con el consumo de té negro.
"En nuestra población de estudio, el 49 por ciento de los bebedores de té habituales consumían té verde con mayor frecuencia, mientras que solo el 8 por ciento prefería el té negro. La pequeña proporción de bebedores habituales de té negro podría dificultar la observación de asociaciones sólidas, pero nuestros hallazgos sugieren efecto diferencial entre los tipos de té", recalcan los investigadores.
Dos claves a tener en cuenta:
Concluye el estudio afirmando que el consumo habitual de té puede reducir el riesgo de morbilidad y mortalidad por enfermedad cardiovascular arteriosclerótica (ASCVD), y mortalidad por cualquier causa. "Nuestros hallazgos", afirman los epidemiólogos,"dan una idea más profunda del papel beneficioso del consumo de té y tienen grandes implicaciones para la salud pública para guiar la prevención primaria entre los adultos (chinos), en general".