De la ‘cocreta’ a ‘hacer la croqueta’: todo lo que esconde una de las tapas más populares

Curiosidades sobre tercera tapa más pedida en los bares españoles

Curiosidades de las croquetas

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

4 min lectura

Redondas o alargadas, gigantes o pequeñas, con rebozado crujiente o tradicional… De jamón, de cocido, de queso, de espinacas, se setas, de pescado, de verduras, de marisco… hasta de arroz con leche o chocolate. Son pocos los que pueden resistirse a una cremosa croqueta de la abuela o del bar de la esquina y es que por eso son la tercera tapa más pedida en los bares españoles, por detrás de la tortilla de patatas y las bravas -según el Estudio Nacional de la Tapa elaborado por Saborea España. Y es que para la mayoría, una buena croqueta, es irresistible.

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La croqueta esconde un sinfín de historias, mitos, anécdotas y curisiosidades, algunas de ellas desveladas por Oído Cocina Gourmet.

UN PLATO MUY ESPAÑOL DE ORIGEN FRANCÉS

Aunque las croquetas se han convertido en uno de los iconos de la gastronomía española, en realidad, se trata de una receta francesa, de hecho su nombre viene del francés “croquer” que significa crujiente.

Hay incógnitas sobre sus orígenes, se dice que las primeras no llevaban bechamel, se denominaba así a cualquier bocado frito, blando por dentro y crujiente por fuera. Muchas fuentes apuntan a que sus primeras referencias se remontan al siglo XVIII. Durante un banquete, el cocinero Marie-Antoine Carême para impresionar al gran duque Nicolás de Rusia decidió cubrir un plato de bechamel (salsa inventada poco tiempo antes por el mayordomo Real Luis de Bechamel) con pan rallado. Lo denominó Croquettes a la royale. Esa receta poco tiene que ver con lo que hoy conocemos pero puede que fuera el germen de lo que llegó a España tiempo después y se conoció como croquetas.

LA PRIMERA CROQUETA FUE DE… ARROZ CON LECHE

Aunque ahora se piden de aperitivo o entrante en los restaurantes, lo curioso es que cuando llegaron a España no tenían nada que ver con lo que son ahora.

Se consumen en nuestro país desde 1812, siendo en 1830 el año en que apareció la primera receta de croquetas en castellano; concretamente en el 'Manual de la criada económica' y era de arroz con leche.

Años después, en 1866, aparece en el 'Diccionario doméstico' de Balbino Cortés y Morales la receta de las croquetas de jamón, la ‘de toda la vida’ con su bechamel y sus tropezones, que conocemos en la actualidad. Así que si creías que las croquetas dulces eran algo novedoso en la gastronomía, estabas equivocado.

‘COCRETA’ NO ESTÁ ADMITIDO EN LA RAE

Seguro que en más de una ocasión has escuchado decir que el término ‘cocreta’ esta recogido en el diccionario de la Real Academia Española. Si en su buscador de Dudas Rápidas introducimos “¿Es válido el uso de «cocreta»?”, esto es lo que aparece: “No. La forma vulgar *cocreta —que nunca ha figurado en el diccionario académico— no se considera válida”.

“SE COMIÓ 236 CROQUETAS Y LUEGO CENÓ”: EL RÉCORD DE PATXI BOLLOS

Un estudio sobre el consumo de croquetas realizado por Oído Cocina Gourmet, afirma que los madrileños consumen un total de 144 croquetas al mes. Una cifra que puede parecer altísima, pero que se encuentra bastante lejos del récord mundial de Patxi Bollos.

Según cuentan las páginas del Diario la Estampa de 1936, este vasco del club donostiarra Istingorra, era el encargado de trasladar la comida de un banquete de la sociedad a un domicilio particular. Durante el camino el delicioso olor que desprendían le hizo sucumbir y llegó a comerse las 236 croquetas que transportaba. Como le supieron a poco, después cenó.

‘HACER LA CROQUETA’

¿Quién no ha 'hecho la croqueta’ alguna vez? Para niños y no tan niños es una gratificante aventura tirarte rodando colina abajo.

Aunque este término también se utiliza en el terreno de juego tomando un nuevo significado. De hecho, en el regate popularizado por Andrés Iniesta en el partido de Stamford Bridge ante el Chelsea en 2009 que consiste en un cambio rápido del balón de un pie a otro que deja clavado al contrincante.

¿BOCADILLO DE CROQUETAS?

Existe, y es muy típoco en los Países Bajos, donde casi todo puede comerse entre dos rebanadas de pan. Puede parecer raro, pero el 'broodje Kroket' (bocadillo de croqueta) está buenísimo.

Las “kroketten” holandesas, incluso, se pueden comprar en multitud de máquinas expendedoras.

En multitud de restaurantes belgas, casi todos los restaurantes cuentan con kroketten como guarnición de sus platos. Las más populares se llaman “garnaalkroketten”; un relleno de bechamel espeso con camarones grises.

Ahora que tan de moda y tan necesaria es la ‘cocina de aprovechamiento’ la croqueta es un plato perfecto para reciclar otros ya cocinados y que no acaben en la basura. Pero, ¡cuidado!, hay que saber prepararlas bien; no elaborar una buena bechamel, no dejar repasar la masa o freír muchas a la vez puede echarlas a perder.

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