Los beneficios que tiene para la salud consumir la corteza del queso y que muchos de sus amantes desconocen
El queso es uno de los productos más consumidos de nuestro país. Conocemos su proceso de elaboración pero... ¿somos conscientes de todas sus propiedades?
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El queso es uno de los alimentos más variados y consumidos en España. Los hay de todo tipo: curado, semicurado, de vaca, oveja, fresco, de olor fuerte y más moderado.... Se estima que existen unas 200 variedades de quesos en el mercado. Pese a que en España es un clásico en nuestros aperitivos o en nuestras principales comidas, no somos el país que lidera su consumo, según la Organización Interprofesional Láctea.
Pero en esta noticia no pretendemos ahondar en las bondades del queso (siempre que se coma con moderación), ya que para ello puedes recurrir a esta noticia elaborada también por COPE.es: 'Todo lo que un auténtico “turófilo” (amante del queso) debe conocer'.
En este caso, pretendemos resolver una de las grandes dudas que nos viene a la mente cuando estamos ante una cuña de queso: ¿podemos comernos también su corteza? ¿Será indigesto para nuestro estómago?
¿Representa algún peligro para nuestra salud el consumo de la corteza?
La legislación permite el uso de diferentes materiales para recubrir y tratar la superficie de los quesos. Si la corteza es natural, por regla general se puede comer, siempre teniendo en cuenta los gustos y la dureza de éstas.
También existen quesos de corteza artificial, cuya superficie se recubre con algún material para preservar su interior, como ceras o parafinas. Y, aunque son materiales para uso alimentario, es decir, no liberan tóxicos sobre el alimento ni tienen riesgos para tu salud, esta corteza no debe comerse.
Por tanto, la respuesta a la pregunta de si es saludable su consumo es... depende. Desde luego, la corteza de color rojo o amarillo (queso de bola o el Gouda), más conocidas como 'artificales', no es recomendable, ya que tienen como finalidad controlar la humedad y la maduración del queso. Además, el material del que está compuesto tampoco es el idóneo para su digestión, como la cera, el material sintético o determinados plásticos.
Por su parte las cortezas de color negro que lucen los quesos 'más tradicionales' como el manchego, tampoco se deben comer, al igual que las cortezas blancas propias de las variedades blancas. Ninguna de las dos son cortezas naturales, y se emplean para proteger el producto de posibles bacterias y de la humedad.
¿Entonces, cuáles son las cortezas naturales?
Pues sencillo, las cortezas naturales son aquellas que se forman durante el proceso de maduración del queso. En este caso no hay ningún problema si nos la llevamos a la boca como el resto de la cuña.
En algunas variedades, se forma una capa de moho durante el proceso de elaboración. En ocasiones esa capa se añade de manera controlada, para luego retirarlo. Se da en los quesos de rulo de cabra, el Brie, etc. Pero no hay motivos para preocuparse, ya que se puede consumir sin problema. Es más, tiene propiedades beneficiosas para la salud como probióticos o penicilina.
Por último, los expertos advierten a las mujeres embarazadas no consumir cualquier tipo de corteza de queso, ya que puede contener bacterias peligrosas para la propia gestante como para el feto.