Los errores al utilizar un termómetro que conviene evitar por el coronavirus

Hay varios errores con el termómetro que hay que conocer y evitar ante la crisis del coronavirus

Los errores al utilizar un termómetro que conviene evitar por el coronavirus

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Tomarnos la temperatura es, sobre el papel, algo sencillo. Lo hacemos cuando sentimos que podemos tener fiebre, debido a alguna enfermedad: es la mejor evidencia para saber si debemos preocuparnos con los síntomas que padecemos (o creemos padecer) o no. Esa medición de la temperatura corporal ha pasado a ser una actividad para nada intrascendente en estos días de alarma por el coronavirus. ¿Por qué?

La fiebre, uno de los síntomas del coronavirus

La fiebre puede ser consecuencia de haber contraído esta enfermedad (junto a la tos seca, la fatiga, la dificultad para respirar…). Para saber si la tenemos, el termómetro se convierte en nuestro mejor aliado. Eso sí, hay que saber utilizarlo con propiedad. Y más ante una situación como la que nos ocupa.

Puedes cometer errores al medirte la temperatura

Sí, lo que en teoría parece una actividad bien sencilla puede no serlo si no realizamos esa medición de nuestra temperatura de forma correcta. ¿Conclusión? Hay una serie de errores que pueden provocar que no midamos bien nuestra temperatura. Algo que, en estos días, no nos podemos permitir. Son los siguientes.

Equivocarnos con el termómetro

Los mejores termómetros que podemos emplear para medir la temperatura son los termómetros digitales. Eso sí, es recomendable prescindir de aquellos óticos. Es decir, que se colocan en el oído: es más difícil obtener la temperatura real y los resultados son menos uniformes.

Si tenemos un termómetro de vidrio con mercurio en casa, también podemos usarlo. Este tipo de termómetros ya no se encuentran en las tiendas (son tóxicos si se rompen), pero son precisos… si es que tenemos uno a mano.

Los errores al utilizar un termómetro que conviene evitar por el coronavirus

Colocar el termómetro mal

Hay que medir la temperatura en la boca, la axila o el recto. En la boca, debe estar bajo la lengua. En el caso de la axila, tenemos que mantener el brazo presionado contra el cuerpo. Por último, hay que tener en cuenta que la temperatura rectal siempre es medio grado superior a la axilar.

No tomarse la temperatura en momentos fiables

Tenemos que esperar por lo menos una hora para tomarnos la temperatura en el caso de que hayamos realizado ejercicio intenso. Pasa lo mismo si acabamos de ducharnos o darnos un baño caliente. Hay que esperar un poco menos de tiempo para utilizar el termómetro después de haber fumado, comido o tomado una bebida (caliente o fría): de 20 a 30 minutos.

Equivocarnos con la temperatura corporal y la fiebre

Lo normal es tener 37 grados. Hay que tener en cuenta que la temperatura es más baja a primera hora del día y que alcanza su máximo entre las 16:00 y las 18:00 horas. Además, hay que distinguir entre febrícula (38 grados: fiebre más ligera) y la fiebre a secas (más de 38 grados).

No tener en cuenta que algunos factores elevan la temperatura

Depende de la edad, la persona, la hora, la zona del cuerpo donde se toma la temperatura… Con actividad física intensa y el calor, la temperatura puede subir. Pasa lo mismo a la hora de comer, sentir emociones fuertes, padecer la menstruación y tomar ciertos medicamentos. Sin olvidar que los bebés pueden ver incrementada su temperatura corporal cuando salen sus dientes.

Con todas estas recomendaciones encima de la mesa, queda claro que no podemos tomarnos a la ligera cómo medimos nuestra temperatura corporal. Al conocer estos errores, tenemos menos posibilidades de cometerlos y de hacer mediciones imprecisas. Algo que, como se ha podido comprobar, puede ocurrir con más facilidad de la que parece.

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