P. Castellanos: “La libertad religiosa debe prevalecer sobre la de expresión”

Las distintas confesiones religiosas que hay en España se han unido este martes para firmar un comunicado conjunto en el que denuncian la tolerancia social que hay en la ofensa de los sentimientos religiosos. A este respecto se ha pronunciado en 'La Linterna' la presidenta de la Asociación de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos quien ha denunciado que en estos momentos “hemos retrocedido porque no se ha puesto freno. Cuando un hecho no tiene consecuencias va a más”. Y ha añadido que parte de la culpa la tienen “los gobiernos populistas que han llegado al poder”.

Reconoce Castellanos que la libertad de expresión es un derecho fundamental, pero no lo es menos que “el de libertad religiosa. Lo dejan bien claro la Constitución, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y hasta el Tribunal Constitucional”. De ambas instituciones judiciales han emanado sentencias que sientan precedentes y jurisprudencia. Pone como ejemplo una “sentencia de 2015 de Estrasburgo en la que una obra de teatro que atacaba a los judíos fue prohibida”.

"La libertad religiosa es fundamental en un estado de derecho"

En la entrevista realizada por Juan Pablo Colmenarejo la abogada ha insistido en que “debería primar la libertad religiosa, es fundamental en un estado de derecho. Si hemos de ponderar debería estar por encima (…). Lo que no es de recibo es que hablemos de libertad de expresión para unos y no para otros. Pedimos que se nos respete por igual, que no haya ciudadanos de primera y de segunda”.

Entre las iniciativas legales adoptadas por la asociación, Castellanos ha recordado la interpuesta contra la Gala Drag Queen del año pasado. También ha denunciado el contenido del pregón de Santiago de Compostela, “espectáculos bochornosos en los que se incita al odio y la violencia”. Además, como son actos sufragados con dinero público “quizá debería intervenir el Tribunal de Cuentas”.

"Pedimos que no haya ciudadanos de primera y de segunda"

Polonia Castellanos denuncia la escasa sensibilidad de los jueces y recrimina que sean los juzgados de instrucción los que estén dictando sentencias “cuando esto no debería de ser así”. Y explica cómo en Francia, país laico, “legisla mejor que España y sus sentencias suelen ser favorables a la libertad religiosa”.

Por último ha hecho hincapié en el anonimato que favorece el uso de las redes sociales donde los ataques se “pierden en la nube y los afectados se quedan, incluso, sin la tutela judicial efectiva”.