EN 'LA LINTERNA'

Coll: “ La inmersión lingüística es una aberración pedagógica e ilegal”

El historiador Joaquim Coll ha explicado en 'La Linterna' la evolución del modelo de inmersión lingüística en Cataluña y ha denunciado que el actual sistema no sólo es una aberración desde el punto de vista pedagógico sino también un modelo ilegal. El Estado debe hacer cumplir la ley

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Joaquim Coll habla sobre el modelo de inmersión lingüística en Cataluña

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Joaquim Coll, Doctor en Historia Contemporánea e historiador, ha repasado en 'La Linterna' con Juan Pablo Colmenarejo el origen y evolución del modelo de inmersión lingüística en Cataluña. Según explica “el modelo actual de inmersión, el de una escuela monolingüe, sólo en catalán (…) tan exaltado, santificado, como si fuera un dogma no era el modelo inicial. Ni tampoco el del Partido Socialista, a pesar de lo que ellos dicen”.

La primera ley de normalización lingüística de 1983 -recuerda- se imponía la “no separación por lengua, dos idiomas, catalán y castellano como instrumento de aprendizaje”. De hecho, ese texto se atribuye a la pedagoga socialista Marta Mata cuyo modelo se situaba “frente al de segregación que proponía Jordi Pujol” . Defendía “el derecho a la lengua materna con una posición equilibrada (…) poco a poco se fue cambiando, adulterando hasta llegar al sistema de inmersión lingüística actual”.

Hasta 1998 no se introduce el concepto de lengua vehicular para el catalán . Se mantenían en la ley ciertas garantías para el castellano “que se fueron perdiendo” hasta prácticamente desaparecer en la Ley de Educación Catalana de 2009 impulsada por el conseller socialista Ernest Maragall y aprobada con el apoyo de ERC y CiU. Joaquim Coll reconoce que el PSC “ha caído en el hechizo del nacionalismo y ha entrado en contradicción con su propio discurso porque no puede ser federalista y proponer un modelo monolingüe”.

El historiador denuncia que en “Europa no hay precedentes” de una situación similar a la que se vive en Cataluña donde “parece que tenemos una lengua con derechos (el catalán) y otras sólo con deberes”. En este punto señala la falta de coherencia yla “hipocresía” que profesan aquellos catalanes que matriculan a sus hijos en escuelas privadas trilingües mientras defienden un modelo monolingüe: “están condenando a las clases medias y condicionando las oportunidades que tienen de aprender un perfecto castellano”.

Ante las elevadas tasas de fracaso escolar en Cataluña concluye Coll que "el modelo de inmersión no sólo es una aberración desde el punto de vista pedagógico sino que además es un modelo ilegal. Y el Estado tiene la obligación de hacer cumplir la ley”. Aparece entonces un problema añadido y es la deriva nacionalista de buena parte del profesorado que considera el catalán “como única lengua vehicular a pesar de que no esté recogido así ni siquiera en la Ley de Educación Catalana”.