25 años del asesinato de las valientes patrulleras Marisol y Mari Ángeles
El 18 de diciembre de 1996 perdían la vida a balazos convirtiéndose en las primeras policías locales asesinadas en acto de servicio en España
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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El 18 de diciembre de 1996 quedó marcado para muchas personas que fueron conocedoras de lo que ocurría en Córdoba. Desde entonces el Ayuntamiento de Córdoba celebra su anual homenaje a las policías locales asesinadas, y este año tendrá un carácter especial, al cumplirse 25 años.
María Soledad Muñoz Navarro, tenía 36 años y María de los Ángeles García García 40. Eran conocicas como Marisol y Mari Ángeles y eran como hermanas, siempre dispuestas a ayudarse y ayudar a los demás, con auténtica vocación de servicio a los ciudadanos. Sin querer y sin saberlo se conviertieron en las primeras policías locales asesinadas en acto de servicio en España.
Aquel día se encontraban persiguiendo a Claudio Lavazza, un italiano y jefe de una banda de cuatro atracadores antisistemas. Lo hacían en el coche policiáon Citroën ZX 1.6 Avantage. Él fue quien las mató a bocajarro y a sangre fría con una ráfaga de su subfusil de guerra mientras estaban detenidas en el paso de peatonoes, en la confluencia de la calle Acera de Guerrita, la avenida de América y la glorieta de Los Llanos del Pretorio.
Otro de los protagonistas de aquel día fue Manuel Castaño, el vigilante de seguridad que vivió en primera persona todo lo sucedido y que el destino hizo que aquel día acabara parapléjico después de que los atracadores tomaron como herén.
AQUEL 18 DE DICIEMBRE
Aquel miércoles amaneció como un días gris y frío, como un día más del mes de diciembre. Manuel Castaño era un vigilante de seguridad que aquel día le tocó sustituir a un compañero que tuvo que asistir a una reunión sindical en Sevilla. Cuando eran las ocho de la mañana, el furgón blindado se detuvo en la plaza de las Tendillas, justo en la central del Banco Santander, entre las calles Gondomar y Málaga.
Hoy en día allí encontramos una perfumería. Castaño salió dejando a su otro compañero en el furgón, ya que en el furgón solo llevaban documentos y nada de dinero. Al entrar en el banco notó un ambiente raro y diferente, porque tanto los trabajadores como los clientes que se encontraban en aquellos momentos en la entidad bancaria lo miraron, tal vez pensando que podría dar la voz de alarma.
Manuel vio además unos indiviudos con una indumentaria extraña que le hizo pensar que aquello era un día de carnaval porque llevaban pelucas, narices postizas y gafas. Se trataba de los cuatro atracadores: Claudio Lavazza (42 años), Michelle Pontolillo (26), Giovanni Barcia (40) y Giorgio Eduardo Rodríguez Dip (40), italianos los tres primeros, argentino el último. Los cuatro estaban extrayendo todo lo que había de las cajas fuertes.
En ese momento el jefe de la banda, Lavazza, se puso delante de él con una metralleta cruzada debajo de la gabardina y le dijo: "¡Tírate al suelo!". Tuvo que repetírselo varias veces porque Manuel no daba crédito de lo que estaba ocurriendo. Inmediatamente el atracador le quitó su arma reglamentaria y dijo al resto que lo tomarían como rehén y que saldrían por la puerta de atrás, la misma que da a la calle Málaga.
El compañero de Manuel que se encontraba en el furgón dio la voz de alarma. El Fiat-1 negro robado con el que pretendían huir lo había aparcado en una zona de carga y descarga junto al Hotel Boston. Allí la policía local Toñi, multaba el vehículo sin saber lo que estaba ocurriendo dentro del edificio de la entidad bancaria.
Cuando los atracadores salieron buscando su vehículo con el botpín de 71 millones de pesetas, nueve kilos de oro, joyas y su rehén, no encontraron el coche porque la grúa lo había retirado. En ese momento Toñi ordenó a Lavazza que se detuviese, pero lo único que tenía para intimidarlo era su walkie-talkie. El atracador la encañonó y le dijo: "Vete o te pego dos tiros".
En ese momento los cuatro junto a su rehén tuvieron que cambiar de plan parando un Peugeot-405 del exconcejal socialista Joaquín Dobladez que en aquellos momentos pasaba por la calle Málaga porque llevaba a un hijo de diez años al colegio. El niño salío corriendo y el padre no tuvo que cumplir con la exigencia de Lavazza a punta de metralleta.
Pontoillo huyó a pie por su cuenta y se refugió en el hotel Bostón, donde fue detenido. Eran momentos muy tensos, porque los cuatro atracadores se veían acorralados y el plan se había caído. Manuel como rehén acabó en el asiento trasero izquierdo junto a Rodríguez Dip, mientras que delante iba Barcia como conductor y Lavazza que dirigía y daba las órdenes desde el asiento del copiloto. Todo lo que habían robado estaba en los pies de Castaño.
El jefe del grupo había interceptado la emisora policial con un escáner lo que le permitía ir escuchando la persecución. Detrás y pisándole los talones un coche policias, el Citroën ZX 1.6 Avantage, donde iban Mari Ángeles, al volante, y Marisol.
EL ASESINATO
Llegon al paso de peatones de la esquina con la avenida de América, momento en el que el jefe de los atracadores bajó del vehículo y se dirigió hacia el coche patrulla con las dos agentes. Tanto el rehén como los atracadores que se quedaron en el coche miraron para atrás sin saber qué iba a hacer. Fue entonces cuando se acercó a la ventanilla del copiloto y lanzó una ráfaga de disparos, acabando con Mari Ángeles y Marisol, que no tuvieron tiempo a reaccionar.
Inmediatamente se montó de nuevo en el vehículo y le dijo al piloto: "Las he matado", respondiendo a la pregunta del resto del grupo. "Tira para adelante".
La huida continuó en paralelo a la estación de AVE, hasta que en la calle de los Omeyas se encontracon con una furgoneta de la Policía Nacional que les cortaba el paso. Detrás otro coche patrulla de la Policía Local. Los agentes abrieron fuego, y los atracadores respondieron con sus armas. La banda iba protegida con chalecos antibalas. Las policías asesinadas y el vigilante, no.
Tal vez los agentes desconocían que dentro iba un rehén, el caso es que una bala entró por detrás del hombro izquierdo de Manuel y le rompió la médula, quedándose alojada en el costado derecho. Otra bala le atravesó el brazo izquierdo y otra más le atravesó el abdomen, rompiéndose los intestinos. A Manuel lo sacaron los agentes pero ya no sentía las piernas. Acabó en la UCI y allí estuvo durante tres meses
Los atracadores salvaron la vida con algunas heridas menos graves, gracias los chalecos antibala que llevaban. Fueron detenidos, pero al jefe, a Lavazza, lo atraparon en Bujalance.
PRIMERAS MUJERES
En 1970 Córdoba se convirtió en el primer municipio de España en incorporar mujeres policías locales, que eran además las primeras de todas las fuerzas y cuerpos de seguridad en España. La Policía Nacional lo hizo en 1979 y la Guardia Civil en 1988. A día de hoy son ya algo más de 25.000 las uniformadas.