Los cordobeses se vuelcan para ayudar a los civiles ucranianos víctimas de la guerra
Rocío y Beatriz han impulsado una campaña de recogida de materiales que mandarán a Madrid, donde la Asociación Moloda y la escuela ucraniana Nuestro Futuro los enviarán a Ucrania
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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Ayer Córdoba volvió a manifestarse en las calles por el pueblo ucraniano, pero la solidaridad va mucho más allá. Cada día surgen en la ciudad nuevas muestras solidarias, iniciativas que provienen de ciudadanos que tratan de aportar su granito de arena pensando en gente inocente, como ellos, que ahora viven los horrores de la guerra. Una de estas iniciativas es la que han puesto en marcha Beatriz y Rocío Guerra, poniendo a disposición tanto su tienda como su propia casa para que cualquiera que lo desee pueda colaborar con medicamentos, comida de larga duración, o material para curas como vendas o gasas, además de productos higiénicos. "Pensaba en que ojalá tuviera el poder de ayudar y me puse manos a la obra junto con Bea, porque veía al señor de mantenimiento del Aeroclub, que es ucraniano, cómo aguantaba la compostura en el trabajo a pesar de su preocupación por su hijo, que está en Ucrania. Eso te encoge el corazón", asegura Rocío.
Todo lo que recolecten lo enviarán a Madrid, a la Asociación Moloda Ucrania y a la Escuela Ucraniana Nuestro Futuro, que se encargarán de fletar autobuses con el material hacia Ucrania. Por el momento, esta asociación se dedica también a sacar de Ucrania a mujeres y niños refugiados. Rocío asegura que los cordobeses "están respondiendo de maravilla", y que está "verdaderamente sorprendida" de la cantidad de mensajes que está recibiendo de personas "ofreciendo sus manos" para lo que haga falta. Ella, que es gallega, expresa así su constatación de que "los cordobeses son gente muy buena".
A partir de la semana que viene, esta campaña cederá el testigo al Centro Comercial Azahar, en la zona del ZOCO, que es el lugar que ha sido cedido para la Asociación Ucraniana en Córdoba.
RECOLECTA EN FARMACIAS
En la recolecta también han facilitado el nombre de algunas farmacias, como la Farmacia Rosario Cabrera, en Cruz Conde. Allí hemos encontrado a Luis Salamanca, que compraba betadine y otros productos para donarlos, guiado por las recomendaciones del personal farmacéutico. Luis conoce bien Ucrania porque la vivió hace 20 años, en la epoca más dura. Él vivió en Kiev "cuando estaban recien salidos de la Unión Soviética y no tenían prácticamente ni con qué vivir. Había personas mayores que vendían botellitas de cerveza para poder sacar algún dinerillo y pagar, sobre todo, la calefacción", expone Luis. Ahora reconoce que sufre porque el país vuelva a aquella situación, cuando quedé "todo destruído y no puedan sacar el dinero de ningún lado, si es que les dejan reconstruir".