MARTES SANTO
Estas son las lecciones cofrades que está dando Granada
Las previsiones meteorológicas no permitieron este Martes Santo la salida de las procesiones
Granada - Publicado el - Actualizado
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Granada ha vuelto a dar una lección cofrade, muestra de la madurez de los hermanos y de los fieles. Las previsiones meteorológicas desaconsejaban la salida de las procesiones. Las juntas directivas de las cofradías fueron suspendiendo las estaciones de penitencia. Primero fue la Lanzada y después, por el orden establecido para iniciar su recorrido, lo hicieron Vía Crucis, Esperanza y Humildad. Estos pronósticos que anunciaban lluvia, como en jornadas anteriores, se cumplieron. Cada una de estas decisiones fue acogida de buen grado por parte de los integrantes de los cortejos, aunque sin faltar las lágrimas de emoción, e incluso se aplaudieron las determinaciones de los dirigentes.
Granada llenó los templos de las cofradías
Pero no fue la única lección cofrade. Conforme se fueron abriendo los templos, la presencia de fieles fue una impresionante manifestación de fervor popular. Se produjeron largas colas hasta última hora de la noche, para venerar a los titulares de las corporaciones penitentes. Se repetía la escena que viene siendo habitual en estos casos, con presencia mayoritaria de jóvenes y mujeres. En sus rostros se podía leer con facilidad que la piedad popular tiene es parte sustancial en la personalidad de los granadinos de todas las generaciones.
Actos sustitutivos de las estaciones de penitencia
La Cofradía de la Lanzada sustituyó la procesión por un rezo conjunto, tras lo que procedió a desalojar el templo y permitir el acceso de los devotos que se acercaron a contemplar los pasos. La Hermandad del Vía Crucis rezó el Santo Via Crucis, una oración que es además titular de la corporación, ante de abrir las puertas de San Juan de los Reyes. También la oración precedió al momento en que el pueblo de Granada pudo entrar en la Parroquia de Santa Ana y ver de cerca al Jesús Gran Poder y la Esperanza. Y la Humildad celebró la Santa Misa, antes de que se permitiera el acceso al templo de quienes esperaban pacientemente que llegara este momento.
Las colas de quienes quería acceder a los templos eran enormes y el comportamiento fue de los granadinos ejemplar. Dentro de las iglesias se escucharon algunas marchas, numerosas saetas y otros cantos religiosos, sobre todo se rezó. En Granada, al margen de la suspensión de las procesiones, se continúa celebrando, como viene sucediendo desde hace siglos, la Semana Santa y de una manera extraordinaria.