Más de 500 tractores colapsan las entradas a la ciudad de Huesca
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Más de 500 tractores han colapsado las entradas a la ciudad de Huesca en la tercera jornada reivindicativa protagonizada por los agricultores, para trasladar el malestar del sector. La de este miércoles ha sido el primer acto reivindicativo del calendario sindical, mientras que las dos jornadas anteriores fueron impulsadas de forma espontánea por los agricultores al margen d ellos sindicatos.
Seis columnas de las diferentes comarcas altoaragonesas han ido llegando a la capital oscense, colapsando las entradas de la ciudad, y es que los sindicatos han contabilizado entorno a 500 tractores. Estos vehículos han quedado aparcados en su mayoría a las afueras, mientras que unos cuantos han accedido a la Plaza Cervantes, donde posteriormente los agricultores se han concentrado para dar lectura a un manifiesto reivindicativo a las puertas de ls Subdelegación de Gobierno en Huesca y de la Delegación del Gobierno de Aragón.
Los agricultores concentrados han dicho que “ya no podemos más”, queremos vivir de nuestro trabajo”, “queremos seguir viviendo en el mundo rural”. Expresiones que han ido repitiendo a lo largo de toda la mañana, con pancartas en las que se podía leer “vendo barato y tu comes caro”.
Indignación, frustración, malestar, el campo está ahogado, es lo que han repetido una y otra vez, con rostros, muchos de ellos cargados de emoción. Gerardo es un agricultor de Lanaja ha vivido toda su vida del campo y en el campo y dice que ha venido a Huesca a defender el sentido vocacional de su profesión, al que le están obligando a renunciar. Luisa es una agricultora de secano de la Hoya y temen por el relevo generacional.
Son sólo la palabras de dos de los miles de agricultores que hoy han llegado a Huesca con su manifiesto en mano, reivindicando que quieren ganarse la vida trabajando de lo suyo. Un manifiesto que han hecho llegar a las administraciones, Subdelegación de Gobierno y delegación del Gobierno en Aragón, situados en esta plaza. Y mientras unos daban lectura al manifiesto reivindicativo, otros quemaban una gran paca de paja en el centro de la plaza, cuyo fuego avivaban con aperos de labranza, rastrillos y palas