La consecuencia a largo plazo que tiene el cambio horario para nuestro cuerpo: así puedes combatirla
El doctor Ángel Pérez explica que el periodo de adaptación depende de cada persona y de su edad, aunque hay algunas medidas generales que valen para otros trastornos del sueño
Asturias - Publicado el - Actualizado
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No es un cambio extraño. Se repite dos veces al año, pero puede afectar a cuestiones tan básicas como el descanso. Es el cambio de horario (de invierno a verano, el último fin de semana de marzo; y de verano a invierno, el último fin de semana de octubre). Este domingo, a las 2:00 horas, serán las 3:00 horas. Una modificación que, más allá del chascarrillo que esa noche se duerme una hora menos, tiene sus consecuencias. Las ha desgranado, en COPE, Ángel Pérez, neurólogo en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo.
"En el cerebro, hay una especie de reloj interno que tiene que estar sincronizado con el ciclo de luz-oscuridad terrestre", ha advertido el doctor, que añade que "hay algunas situaciones -como el cambio de hora- que pueden producir una desincronización brusca, por lo que es un periodo de más vulnerabilidad".
Afecta a otras actividades biológicas y fisiológicas
Pérez ha explicado que no solo afecta al sueño, también se ven alteradas otras actividades biológicas y fisiológicas, como el apetito o algunos procesos cognitivos, como la memoria y la atención. Además, en personas propensas, puede causar trastornos de ánimo o síntomas depresivos; cafealeas; y en personas con migrañas, un empeoramiento de sus dolores de cabeza habituales.
Peor en marzo que en octubre
La pregunta es: si te afecta de alguna manera, ¿cuánto tiempo tarda el cuerpo en adaptarse al nuevo horario? La adaptación es individual, "depende de cada persona o de la edad", explica el neurólogo. Personas de más edad -mayores con problemas de deterioro cognitivo, demencia o Alzheimer- pueden tardar más tiempo en adaptar sus ritmos biológicos que personas jóvenes, con las que el proceso es más rápido.
También depende de la época: "Cuando se pasa del horario de verano al de invierno, es mejor tolerado porque hay más exposición a la luz solar por las mañanas; y en unos días, se puede regular el ritmo biológico. En el cambio que afrontamos ahora, hay gente que puede tardar hasta semanas", advierte.
Higiene del sueño
Sin embargo, hay algunas recomendaciones básicas que pueden ayudar a afrontar mejor el cambio de horario y que "sirven para otras patologías del sueño", puntualiza el doctor Pérez. No son medidas farmacológicas -"no hace falta tomar ningún medicamento"-, sino medidas generales de lo conocido como 'higiene del sueño':
- Tener horarios de sueño regulares: dormir de 7 a 9 horas al día.
- Mantener una dieta ligera antes de acostarse: evitar cenas copiosas.
- Tener un ambiente tranquilo y relajado antes de ir a dormir: evitar dispositivos electrónicos en la cama.
- Por el día, dormir siestas "cortitas": una duración de entre 20 y 30 minutos.