Salvando de la extinción al loro vinoso

El caso del Loro Vinoso es un ejemplo de cómo la tala de bosques tiene efectos desgarradores en las poblaciones de estas aves. La también conocida como amazona vinácea se encuentra en estado de vulnerabilidad, a pesar de su amplia distribución a lo largo de tres países (Brasil, Paraguay y Argentina). La deforestación ha llevado a un drástico descenso de los sitios de anidación.

El loro vinoso es una de las especies por las que Loro Parque Fundación trabaja para evitar su desaparición. El apoyo continuado a trabajos para salvaguardar la especie ha dado buenos resultados, permitiendo que sus poblaciones aumenten. La Fundación lleva desde el año 2005 trabajando en 5 proyectos con una inversión cercana al millón de euros.

El director científico de Loro Parque Fundación, Rafael Zamora, contó en Herrera en Canarias que han hecho un “esfuerzo titánico” con esta especie a lo largo de los años.

Zamora destacó la característica que lo hace único: “tiene el pecho de color vino y el pico color rojo que es poco habitual y lo diferencia, lo que lo hace muy atractivo para los cazadores furtivos". A su vez imita muy bien la voz humana, lo que hace que, según Zamora, sea “su condena” frente al mercado furtivo.

Algunas de las acciones concretas con las que ha colaborado la Fundación ha sido con la instalación de cajas nido hechas de PVC, puesto que las típicas cajas hechas de madera se descomponían rápidamente debido a las condiciones de alta humedad del hábitat. También, en colaboración con el instituto de investigación y conservación Waita en Brasil se han rehabilitado y reintroducido varios loros de pecho vinoso en su hábitat natural y se han realizado grandes esfuerzos para dar a conocer el proyecto de conservación de la especie a la población local a través de varias actividades de educación ambiental.

Asimismo, Loro Parque Fundación apoyó el proyecto del Museo de Historia Natural de Curitiba en Brasil, para llevar a cabo los conteos anuales, que en la década más reciente han sido continuados por la Sociedad de Investigación de Vida Silvestre y Educación Ambiental (SPVS – Sociedade de Pesquisa en Vida Selvagem e Educação Ambiental). La asociación entre la ONG y SPVS no sólo lleva a cabo un seguimiento de la población del censo, sino que también promueve la protección de los sitios de reproducción de esta ave y la sensibilización de los residentes y visitantes sobre la especie y su hábitat.

Los resultados de estos esfuerzos de conservación han sido muy alentadores. A finales de la década de 1990, se estimó la población de esta especie en unos 1.500 a 2000 ejemplares, y con las acciones tomadas para su conservación la población ha aumentado gradualmente año tras año, y los últimos censos, revelan una población de una cifra récord que supera los 4.000-5.000 individuos.